El presidente brasileño Jair Bolsonaro queda debilitado tras las elecciones municipales que se celebraron el domingo en Brasil. Tras perder a su principal aliado internacional, Donald Trump, hace unos días, ahora se lleva un disgusto en casa. Bolsonaro no logró colocar en la alcaldía a ninguno de los candidatos a los que apoyaba.
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El golpe más duro fue en São Paulo. El candidato por el que apostó, Celso Russomanno, quedó en cuarto lugar con poco más del 10% de los votos. La mayor ciudad del país, que hace dos años vivió una ola ‘bolsonarista’, puso en primer lugar al actual alcalde, Bruno Covas, del PSDB, la derecha tradicional moderada.
Bolsonaro tampoco fue un buen padrino político en otras ciudades. Los candidatos que asociaron su nombre al de Bolsonaro también cosecharon malos resultados en ciudades importantes como Recife, Belo Horizonte o Manaos. Prueba de ese desencanto es que, mientras se realizaba el escrutinio, el presidente borró de sus redes sociales un post de hace unos días en el que detallaba a qué candidato apoyaba en cada ciudad. Ninguno tuvo éxito.
En la mayoría de ciudades los electores optaron por caras conocidas (fueron reelegidos muchos alcaldes) y dejaron atrás la moda de la ‘antipolítica’ que arrasó en las elecciones presidenciales de 2018. También hubo una cierta renovación y avance de la izquierda.
El caso más sorprendente es el de São Paulo, donde Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) consagró el ‘sorpasso’ al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y se colocó en segundo lugar, afianzándose como una alternativa a la izquierda tradicional. Boulos, un activista del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) se medirá con el actual alcalde Covas en el segundo turno. Es probable que pierda, pero habrá acumulado un importante capital político para los próximos años.
Esa izquierda joven, menor de 40 años, también avanzó en Recife o Porto Alegre, donde la comunista Manuela d’Avila tiene posibilidades de convertirse en la primera alcaldesa de la ciudad. Además, los brasileños optaron por unos concejales más diversos que nunca. Un hito histórico fue la elección de 13 concejales trans en todo el país, además de decenas de representantes ecologistas o indígenas.