Israel y Marruecos han acordado normalizar sus relaciones, amedida que el presidente estadounidense Donald Trump, en sus últimas semanas en el cargo, anunció el jueves, el cuarto acuerdo entre Israel y un país árabe en los último cuatro meses. Como parte del trato, Estados Unidos reconocerá el reclamo marroquí sobre la disputada región del Sahara Occidental.
Sur Florida / AP
El acuerdo se suma al legado de Trump en Medio Oriente, justo en momentos en los que Joe Biden se prepara para asumir la presidencia en enero con la mirada puesta en modernizar las políticas estadounidenses en la región, desde Israel hasta Irán, y más allá. Con Israel, Biden ha prometido regresar a una posición más tradicional, sobre todo hacia los palestinos y sus aspiraciones para la estadidad.
Trump indicó que Israel y Marruecos restablecerían relaciones diplomáticas y otros vínculos, incluyendo la reapertura inmediata de las oficinas de enlace en Rabat y Tel Aviv y la eventual apertura de embajadas. Las autoridades estadounidenses señalaron que el acuerdo también incluiría derechos de sobrevuelo a las aerolíneas respectivas.
El acuerdo se suma a uno de sus logros de política exterior más importantes, dando un mayor reconocimiento a Israel en el mundo árabe bajo la rubrica de los “Acuerdos de Abraham”. Para Marruecos también es un paso importante: El reconocimiento de Estados Unidos de su reclamo del Sahara Occidental, algo que no está reconocido por las Naciones Unidos y ha sido objeto de una disputa internacional durante décadas.
Pero significa un golpe a las esperanzas de autonomía de aquellos en Sahara Occidental que han peleado por conseguir su independencia y quieren un referendo sobre el futuro del territorio. Se cree que la antigua colonia española, que cuenta con una población de unas 350.000 a 500.000 personas, tiene considerables depósitos de petróleo y recursos minerales.
El acuerdo también representa otro retroceso para los palestinos, quienes se han quejado amargamente sobre lo que, señalan, son acciones sesgadas en favor de Israel por parte de Trump. El mandatario ha dejado de lado a la Autoridad Palestina, reconoció a Jerusalén como la capital israelí, mudó la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv, redujo la ayuda a los palestinos y cambió el curso en torno a la ilegitimidad de los asentamientos israelíes en tierras reclamadas por los palestinos.
La Casa Blanca informó que Trump mantuvo una conversación telefónica con el rey marroquí Mohammed VI, en las que ambos acordaron que “se reanudarían las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel y se ampliará la cooperación económica y cultural para promover la estabilidad regional”.
“¡Otro logro histórico este día! Nuestros dos grandes amigos, Israel y el reino de Marruecos, han acordado mantener relaciones diplomáticas plenas ¡Un enorme logro para la paz en el Medio Oriente!”, tuiteó Trump.
Sobre el reconocimiento del reclamo de Marruecos sobre Sahara Occidental, Trump señaló que Marruecos había sido el primer país en reconocer a Estados Unidos como una nación independiente justo un año después de que la nación había declarado su independencia de Gran Bretaña en 1776.
“Por tanto, es apropiado que reconozcamos su soberanía sobre Sahara Occidental”, añadió el mandatario.
El acuerdo es el resultado de las negociaciones organizadas por el principal asesor del presidente, su yerno Jared Kushner, y su principal negociador internacional, Avi Berkowitz. Kushner dijo que la disputa sobre Sahara Occidental era un anacronismo que necesitaba ser abordado con una maniobra audaz. Vinculó la acción al reconocimiento de Trump de la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, territorio que le fue capturado a Siria.