Una de las polémicas declaraciones que hicieron el príncipe Harry y Meghan Markle en su reciente entrevista con Oprah Winfrey fue que los miembros de la familia real británica habían hecho comentarios abiertamente racistas sobre el color de piel de su hijo Archie.
Sur Florida / eldiariony
Y aunque el príncipe William dejó en claro que el racismo dentro de Buckingham no existe, una investigación hecha por ‘The Guardian’ revela documentos que volverán a poner en el ojo de la tormenta a los Windsor.
El Palacio de Buckingham prohibió a los inmigrantes de minorías étnicas o extranjeros servir en altos cargos de oficina dentro de la Casa Real hasta, al menos, finales de 1960, según unos documentos descubiertos por el diario británico.
De acuerdo al mismo material que salió a la luz, el director financiero de la reina hizo saber a los funcionarios públicos que no era la práctica nombrar inmigrantes de color o extranjeros para trabajos de oficina en la familia real, aunque sí se les permitía trabajar como personal doméstico.
El periódico estaba investigando sobre el uso del “consentimiento real”, procedimiento por el cual la reina debe aprobar cualquier legislación que afecte a sus prerrogativas o intereses antes de que sea debatida por los diputados, cuando descubrió que Buckingham había negociado cláusulas que eximían a la monarca y a la casa real de la ley antidiscriminación de 1968.
La reina Isabel es una monarca muy tradicional que rara vez hace declaraciones públicas, pero dado a esta información lo que faltará es cualquier disculpa por las políticas racistas del pasado o la comprensión de los pasos que la familia real planea tomar para corregir esos errores.
No cabe duda que los royals han tenido un difícil 2021. En marzo, la polémica entrevista que dio Harry y Meghan al programa de Oprah, fue un duro golpe para la Corona. Luego, en abril, el deceso de Felipe de Edimburgo, a los 99 años, marcó otro complicado momento para la reina Isabel II y sus descendientes.