Decenas de niños, jóvenes y adultos se concentraron cerca de las oficinas del senador Marco Rubio, en Doral, para recordarle que” debe cumplir su palabra y apoyar la reforma migratoria”.
Así reclamó Cecilia Chaad, una ciudadana argentina con 13 años en los Estados Unidos quien también rechazó la militarización de la frontera. La dama tiene 3 hijos, uno es un “dreamers” y otro, debió regresar a su tierra natal. Ahora esta madre sueña por la reunificación de su familia.
Testimonios como este, se escucharon, mientras gritaban al unísono “Queremos un pueblo unido” y “reforma migratoria ya”. La presidenta de Unidad Hondureña Independiente, Alma Aguilera, dijo que esta concentración “representa las aspiraciones de 12 millones de personas que desean contar con un status legal en este país (…) esto es un mensaje para los senadores, para que voten a favor de la reforma y para que revisen los casos en progreso de deportación”.
Aguilera pidió una oportunidad para trabajar legalmente y “caminar tranquila en Norteamérica. Vamos a invertir aquí, vamos a comprar casas, pagar impuestos. Esto activa la economía”. Reiteró su llamado al gobierno para detener las deportaciones, a su juicio, esto sólo despedaza a familias que cuentan con 4 y 5 hijos”.
Otra mujer presente en la protesta, Gloria Martínez, exaltó la importancia que tiene para su familia el poder vivir en EE UU, luego de escapar del peligro de su tierra natal.
“Cuando dejé a mi Colombia, la violencia estaba acabando con todos. No podía estar en paz y por eso decidí venirme con mis hijas. Ahora temo a diario ser deportada, todos lo que estamos indocumentados vivimos con ese miedo presente”.
Mientras gritaba con el grupo, clamando por un avance significativo en la modificación de ley, Martínez explicó que “los políticos son los culpables de que personas como yo tengamos tranquilidad. Los políticos me han impedido legalizar mi condición, ellos sólo piensan en el poder y no en las personas”. Insistió que está a favor de “construir en América el sueño de todos, quiero ser ciudadana de este país”.
Dijo que de volver a Colombia “me convertiría en nada, allá por mi edad ya no puedo trabajar, no le sirvo al sistema. Aquí tengo oportunidades que me permiten mantener a los míos. En Estados Unidos he trabajado limpiando casas, sirviendo comida en restoranes y panaderías, puedo seguir produciendo”, acotó Gloria Martínez.
Sin duda que la zozobra es ser deportado es el principal reclamo de estas personas que dieron la cara en la manifestación. Por ejemplo, Sandra Viso, destacó que “no queremos más persecuciones. Al contrario, vamos a aportar, a trabajar, no venimos a vivir del gobierno, de eso pueden estar seguros. Queremos a esta tierra como si fuera nuestra”.
La concentración contempló grupos de personas distribuidos en cuatro tramos de calzada, cerca de las oficinas del senador Rubio. Diversas organizaciones no gubernamentales se unieron para lograr más apoyo de manifestantes.
Jóvenes estudiantes llevaron instrumentos musicales para alegrar la reunión. Ciudadanos norteamericanos se unieron a estas personas, exigiendo una reforma migratoria justa. Conductores y transeúntes saludaron la congregación. Mientras se desarrolló la actividad, 4 unidades y oficiales de la policía de la ciudad de Doral realizaron labores de custodia. (Diario Las Americas)