Casi 3.000 personas se vieron obligadas a escapar de un incendio que avanza rápidamente en la región centro-norte de Colorado, y las autoridades creen que muchas casas quedaron destruidas.
Sur Florida / apnews
El incendio, de nombre CalWood, se originó alrededor del mediodía del sábado cerca del Centro Educativo Cal-Wood, que se ubica a unos 27 kilómetros (17 millas) del centro de Boulder. El fuerte viento avivó las llamas. El laboratorio Mesa del Centro Nacional de Investigación Atmosférica registró ráfagas de 95 km/h (59 mph) el sábado.
Más de 1.600 residencias y casi 3.000 personas estaban bajo órdenes de evacuación, incluyendo la pequeña localidad de Jamestown, en el condado Boulder, señalaron las autoridades.
Basándose en la trayectoria del incendio, las autoridades creen que es probable que muchas residencias hayan sido destruidas, declaró el domingo Mike Wagner, jefe de división de la policía del condado Boulder.
Wagner señaló que los equipos de valoración de daños no han podido ingresar a la zona para determinar el número de viviendas destruidas. Un fotoperiodista del Daily Camera captó posteriormente varias imágenes de lo que parecían ser casas calcinadas.
Courtney Walsh fue una de las que perdió su casa, según contó a The Denver Post.
Dijo que recibió una alerta de unos 30 minutos para alistar a sus hijos, animales y algunas pertenencias antes de que los agentes de policía la exhortaran a salirse de su casa la tarde del sábado.
“Estuvimos esperando y esperando y, ya sabes, revisando Twitter y las transmisiones en vivo”, dijo el domingo. “Luego vimos una foto del Servicio Nacional de Meteorología, y se veía nuestra casa en llamas. Así lo supimos”.
“Había libros de mis bebés que no me traje, y me arrepiento”, dijo Walsh mientras intentaba contener el llanto. “Esa es una cosa que siempre pensé: ‘Debo llevarme esos si algo pasa’, y no lo hice. Me paralicé”.
Shannon Kiss dijo que el humo del incendio comenzó a entrar a su condominio cerca de Gunbarrel el viernes por la noche, por lo que ella y su hija de 14 años cubrieron las puertas con cinta adhesiva y colocaron toallas y frazadas sobre el suelo.
“Salimos y nos caía ceniza en la cara”, dijo el domingo a The Associated Press. “El viento soplaba y se sentía como lluvia, pero eran cenizas golpeándonos el rostro”.
La periodista de The Associated Press Sophia Tulp en Atlanta contribuyó con este despacho.