Los restos del huracán Laura descargaron lluvias sobre Arkansas el viernes por la mañana y debían llevar precipitaciones a la costa este de Estados Unidos durante el fin de semana.
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Laura, ahora convertida en depresión tropical, resultó menos dañina de lo que se temía, a pesar de llegar a Luisiana esta semana como uno de los huracanes más poderosos registrados en Estados Unidos.
Su paso dejó al menos seis muertos, dañó edificios en Luisiana y Texas y cortó el suministro eléctrico a cientos de miles de residentes.
Se espera que el presidente Donald Trump viaje a la costa del Golfo de México durante el fin de semana para examinar los daños.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó que la tormenta dejaría caer fuertes lluvias sobre Arkansas, Mississippi, Alabama, Tennessee, Misuri y Kentucky mientras se dirige hacia la costa este.
En su punto máximo al tocar tierra el jueves por la mañana, Laura tenía vientos máximos sostenidos de 241 km por hora, más fuertes incluso que el huracán Katrina.