22 de noviembre de 2024 7:25 AM

Huracán Iota azota Centroamérica y devastó isla colombiana de Providencia dejando un muerto

El paso del huracán Iota descargó fuertes lluvias en Honduras y Nicaragua, donde arrancó techos y árboles y derribó postes de electricidad, además arrasó la isla colombiana Providencia, donde falleció una persona, según autoridades.

Sur florida / Reuters

Iota, que llegó a ser una tormenta de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra en Nicaragua a última hora del lunes con un nivel 4, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora (kph).

Se espera que se convierta en tormenta tropical más tarde el martes y luego en depresión tropical por la noche.

A las 09.00 hora local (1500 GMT), el huracán se desplazaba hacia el oeste a 19 kilómetros por hora (kph) adentrándose más en tierras del norte de Nicaragua, para posteriormente ir hacia el sur de Honduras por la noche y luego disiparse cerca de El Salvador temprano el miércoles, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).

El presidente de Colombia, Iván Duque, dijo que el ciclón arrasó con el 98% de la infraestructura de Providencia, donde hasta ahora se reporta un fallecido. En la isla San Andrés, los organismos de socorro reportaron casas sin techo, árboles caídos, inundaciones de calles y bloqueos de vías.

“Este es el evento de huracanes más grave que ha vivido Colombia, es la primera vez que un huracán categoría 5 golpea nuestro territorio”, agregó Duque, quien anunció un plan de reconstrucción para ejecutar en 100 días.

Puerto Cabezas, en la costa norte de Nicaragua y todavía parcialmente inundado y cubierto de escombros por la fuerza del huracán Eta de hace dos semanas, volvió a soportar la peor parte de la tormenta. Residentes asustados se apiñaban en refugios y se preocupaban por la comida y sus vidas.

“Podríamos morir”, dijo Inocencia Smith. “No hay nada para comer”, dijo, en referencia a las granjas de la zona que fueron destruidas por Eta. No había inmediatamente un reporte de fallecidos o lesionados.

El viento arrancó el techo de un hospital improvisado. Los pacientes fueron evacuados, incluidas dos mujeres que dieron a luz durante las primeras lluvias de la tormenta el lunes, dijo la vicepresidenta, Rosario Murillo, en conferencia de prensa.

Cerca de 40,000 personas en Nicaragua han sido evacuadas a refugios, dijeron autoridades. Muchas áreas costeras están en riesgo de marejadas ciclónicas de hasta seis metros por encima de las mareas normales. En Honduras, 80,000 personas fueron trasladadas a un lugar seguro.

“Es el huracán más potente que ha tocado tierra nicaragüense desde que nosotros tenemos registros”, dijo Marcio Baca, director del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales.

En Honduras, las autoridades dijeron que las lluvias continuaban en la mayor parte del país y seguían las evacuaciones en zonas de riesgo. En el departamento Colón, en la costa Atlántica, se desbordaron ríos e inundaron varias ciudades.

Es la primera vez que se forman dos grandes huracanes en la cuenca del Atlántico en noviembre desde que comenzaron los registros en 1851.

Iota, que siguió a Eta, también fue la primera tormenta de categoría 5 de la temporada de huracanes antes de perder un poco de velocidad en la costa para llegar a tierra como categoría 4.

Incluso después de debilitarse, las lluvias de Iota podrían causar deslizamientos de tierra y más inundaciones en la región anegada, advirtió el NHC, agravando el daño causado por Eta en Centroamérica, que devastó cultivos y arrasó las laderas hace dos semanas, matando a decenas.

“Estamos en las manos de Dios. Si tengo que trepar a los árboles, lo haré”, dijo Jaime Caal Cuz, de 53 años, un agricultor de la provincia de Izabal, en el sureste de Guatemala. “No tenemos comida, pero vamos a esperar aquí al huracán, pedimos a Dios que no venga, que se vaya”, agregó.

Reporte adicional de Gustavo Palencia en Tegucigalpa, Ismael López, Elida Moreno en Cuidad de Panamá, Nelson Rentería en San Salvador, Álvaro Murillo en San José, Sofía Menchú en Ciudad de Guatemala y Luis Jaime Acosta en Colombia. Escrito por Ana Isabel Martínez; Editado por Javier López de Lérida

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