Hospitales en distintos lugares de Estados Unidos batallan para lidiar con el agotamiento de médicos, enfermeros y otros trabajadores, de antemano sacudidos por una oleada de pacientes causada por el aumento de la variante delta del coronavirus y ahora preparándose para otra mutación sumamente trasmisible.
Sur Florida / AP
Ohio se convirtió en el estado más reciente en convocar a la Guardia Nacional para ayudar a hospitales abrumados. Expertos en Nebraska advirtieron que sus hospitales muy pronto pudieran necesitar racionar la atención. Funcionarios médicos en Kansas y Missouri están aplazando cirugías, rechazando transferencias y tratando desesperadamente de contratar a enfermeros ambulantes, en momentos en que los casos aumentan al doble o triple en un recordatorio escalofriante de la temporada navideña del año pasado.
“No hay una clase en las escuelas de Medicina que te prepare para este nivel de muertes”, dijo la doctora Jacqueline Pflaum-Carlson, especialista en medicina de emergencias en el Sistema de Salud Henry Ford, en Detroit. “Los golpes siguen llegando”.
El promedio nacional de hospitalizaciones por CVID-19 para siete días era de 60.000 para el miércoles, muy por debajo del pico del invierno pasado, pero 50% mayor que a inicios de noviembre, de acuerdo con el gobierno. La situación es más grave en regiones de clima frío, donde las personas se están reuniendo cada vez más en interiores y los contagios recientes se están acumulando.
El estado de Nueva York reportó el sábado que poco más de 21.900 personas habían dado positivo de coronavirus un día antes, un récord desde que las pruebas se hicieron ampliamente disponibles. Las consecuencias fueron rápidas: el espectáculo de Navidad de las Rockettes fue cancelado y algunos teatros en Broadway cancelaron funciones debido a brotes entre el reparto. Y el programa “Saturday Night Live” anunció que grabaría son público presente y sólo con reparto y otro personal limitado.
“Estamos en una situación ahora en que enfrentamos un importante aumento de la variante delta y a la espera del arribo de un aumento de ómicron”, dijo el doctor Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden, sobre las dos variantes.
En el hospital AdventHweath Shawnee Mission, cerca de Kansas City, Missouri, la directora médica Lisa Hays dijo que el departamento de emergencias está sufriendo retrasos que en ocasiones se prolongan varios días.
“Las camas no son el problema. Es el personal de enfermeros… y todo eso ha sido creado por el aumento de casos de COVID-19 y el agotamiento”, dijo. “Nuestros enfermeros están agotados”.
Los expertos atribuyen la mayor parte del aumento de casos y hospitalizaciones a contagios entre personas que no han sido vacunadas contra el virus. El gobierno federal afirma que 61% de la población en el país está plenamente vacunada.
El doctor Steve Stites, director médico en el Sistema de Salud de la Universidad de Kansas en Kansas City, Kansas, señaló que “la pandemia de los no vacunados” continúa abrumando hospitales y a sus trabajadores.
El despliegue de la Guardia Nacional en Ohio es una de las más numerosas registradas durante la pandemia, con más de 1.000 elementos enviados para ayudar al personal hospitalario, especialmente en las áreas de Akron, Canton y Cleveland.
Hasta el viernes, 4,723 personas en el estado se encontraban hospitalizadas por coronavirus, un número visto por última vez hace aproximadamente un año, de acuerdo con el gobernador Mike DeWine. Personal de los hospitales estaba tomando recesos breves antes de volver al trabajo en un segundo turno, agregó.
Los sistemas de salud en otras partes del país estaban enfrentando situaciones un poco mejores pero se muestran preocupadas ante la llegada de la variante ómicron y se preparan para el impacto del rebrote del virus.