Richard Rosenfeld, criminólogo de la Universidad de Missouri-St. Louis y uno de los principales autores del estudio, dijo que agentes de todo el país se vieron obligados a dejar las calles y ponerse en cuarentena, ya sea porque se contagiaron de COVID-19 o para evitar exponerse a colegas infectados.
surflorida/telemundo51
Incluso cuando estaban trabajando, los requisitos de distanciamiento social impidieron que interactuaran de cerca con la comunidad, señaló.
“Eso realmente redujo la capacidad de los agentes de dedicarse al tipo de vigilancia proactiva que puede hacer disminuir la delincuencia”, manifestó Rosenfeld en una entrevista.
Richard Rosenfeld, criminólogo de la Universidad de Missouri-St. Louis y uno de los principales autores del estudio, dijo que agentes de todo el país se vieron obligados a dejar las calles y ponerse en cuarentena, ya sea porque se contagiaron de covid-19 o para evitar exponerse a colegas infectados.
Incluso cuando estaban trabajando, los requisitos de distanciamiento social impidieron que interactuaran de cerca con la comunidad, señaló.
“Eso realmente redujo la capacidad de los agentes de dedicarse al tipo de vigilancia proactiva que puede hacer disminuir la delincuencia”, manifestó Rosenfeld en una entrevista.
La ciudad donde él radica estuvo entre las estudiadas, y entre las más violentas. St. Louis registró 262 asesinatos el año pasado, la mayor cantidad desde que hubo 267 en 1993, cuando la población de la urbe era sustancialmente más elevada.
Y St. Louis estuvo lejos de ser la única. Los homicidios subieron en 29 de las 34 ciudades estudiadas, y se duplicaron con creces en Chula Vista, California, y Chandler, Arizona.
Ciudades más grandes también resultaron muy afectadas: Los asesinatos en Milwaukee aumentaron 85%, Seattle tuvo un incremento de 63%, en Chicago fue de 55% y en la ciudad de Nueva York de 43%.
El sargento Efrain Cornejo de la policía de Milwaukee indicó en un correo electrónico que varios factores contribuyeron al aumento de los homicidios en la ciudad, y señaló que las autoridades aún investigan la causa “para desarrollar mejores y nuevas estrategias para reducir la violencia con armas de fuego en el futuro”.
La investigación halló que la pandemia “ha afectado desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables, colocando a individuos que ya estaban en riesgo bajo un estrés físico, mental, emocional y financiero adicional”.
El coronavirus también generó tensión en la policía, los tribunales, los hospitales y otras entidades encargadas de responder a la violencia, y obstaculizó las labores para reducirla, encontró la investigación.
Las tasas de homicidios en 2020 superaron los niveles de 2019 en todos los meses, pero el incremento fue mayor después de las protestas masivas desatadas por la muerte de George Floyd en Minneapolis el 25 de mayo.
El estudio halló que, de junio a agosto, los asesinatos subieron 37% en comparación con 2019.