La relación entre Google y los medios de comunicación está en un punto entre el amor y el odio. De amor por las audiencias que genera a las páginas web y de odio porque la multinacional estadounidense se lucra por la producción informativa. De cara a apaciguar los ánimos, invertirá más de mil millones de dólares en grupos editoriales durante los próximos tres años.
Sur Florida/ABC
Un compromiso anunciado este jueves por el propio consejero delegado de la compañía, Sundar Pichai, en el que ha reiterado su apoyo por «el periodismo de calidad». La idea es establecer una contraprestación a una serie de medios como «Der Spiegel» y «Die Zeit» (Alemania) o «Folha de S.Paulo» (Brasil), que se inscribieron en el programa. Esta iniciativa ya se ha puesto en marcha. Medios en India, Bélgica y Holanda serán los siguientes en la lista. De momento, no está contemplada su llegada a España.
Su objetivo es recuperar la credibilidad con los editores. «Siempre he valorado el periodismo de calidad y he creído que una industria de noticias solvente es fundamental para el funcionamiento de una sociedad democrática», asegura en un comunicado Pichai.
A través de Google News Showcase, la multinacional estadoundiense pagará licencias por una selección de «contenido de gran calidad» para los nuevos apartados informativos que se incorporarán en Google News, su agregador de noticias que desde 2014 se desactivó en España. La presentación de las informaciones será a través de un carrusel de acceso gratuito en donde los usuarios podrán consultar las propuestas desde sus «smartphones».
En una primera fase las noticias escogidas aparecerán en los dispositivos Android, aunque el plan contempla adaptarlo en su versión iOS, el software de Apple, así como el agregador Discover. En la última década se han producido movimientos por parte de editores de noticias como News Corp o el gigante de los medios de comunicación alemán Axel Springer, que han reclamado el pago por su contenido.
Recientemente, una propuesta en Australia ha agitado el ecosistema de internet al exigir a los gigantes tecnológicos como Facebook o Google a abonar una cantidad de dinero por explotar las informaciones publicadas por los medios en sus ediciones digitales.