En un último esfuerzo por solidificar su dura política migratoria, el gobierno del presidente Donald Trump finalizó este jueves nuevas regulaciones que pondrían más limites a los inmigrantes que buscan solicitar asilo en Estados Unidos.
Sur Florida/Telemundo 51
Esta “última regla”, que entraría en efecto a mediados de enero, hace cambios a los criterios que los solicitantes de refugio deben cumplir para ser elegibles, en especial aquellos que buscan pedir asilo desde la frontera sur.
Por ejemplo, las personas que hayan atravesado otro país antes de llegar a EEUU podrían enfrentar más obstáculos en sus procesos. Aunque una versión de esta medida ya aplicaba -con algunas excepciones- para aquellos que pasaban por México desde otros puntos de Latinoamérica, estas indicaciones adicionales amplían el número de individuos de otras naciones que caerían en esa categoría.
Asimismo, las nuevas directrices dan más holgura a los jueces de inmigración y a los funcionarios que procesan las solicitudes para que rechacen diversos tipos de peticiones de asilo, incluyendo los de aquellos que aseguran ser víctimas de violencia doméstica o de pandillas.
También les indica que valoren como negativas las solicitudes de individuos que arribaron al país de forma ilegal o usaron documentos fraudulentos.
“Estas nuevas regulaciones liquidan el salvavidas que necesitan quienes huyen del peligro y reiteran una versión falsa promovida por el Gobierno de Trump: que la seguridad de las fronteras solo puede obtenerse terminando el sistema de asilo”, dijo Jennifer Minear, presidenta de la Asociación de Abogados de Inmigración (AILA).
Aaron Reichlin Melnick, del Consejo Estadounidense de Inmigración, opinó que estas medidas “ponen el asilo fuera del alcance de todos excepto algunos pocos afortunados”.
Se espera que estas nuevas medidas sean desafiadas en cortes. Asimismo, el proyectado presidente electo Joe Biden ha prometido que revertirá muchas de las políticas migratorias establecidas por la administración actual cuando asuma el cargo el próximo 20 de enero.
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha dirigido de manera constante una política que restringe la inmigración, rechaza a quienes buscan asilo y hace más complicada y costosa la obtención de residencia legal y la adquisición de la ciudadanía estadounidense.
Según el Consejo Estadounidense de Inmigración, el Gobierno de Trump ha modificado unas 400 regulaciones en los sistemas de inmigración y asilo que presentarán un desafío a la Administración de Biden, quien ha prometido medidas urgentes en materia de inmigración.
Desde 2019, el Gobierno de Trump ha rechazado a decenas de miles de personas que llegaron a la frontera sur, se presentaron a las autoridades y solicitaron asilo, enviándolas de regreso a México y América Central a la espera de la audiencia de inmigración que les provee la ley estadounidense.
Entre otras medidas, el Gobierno de Trump ha procurado la terminación del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), creado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama, que ha protegido de la deportación a cientos de miles de inmigrantes indocumentados traídos al país cuando eran menores de edad.
Asimismo, dispuso la terminación del estatus de protección temporal, o TPS, para los ciudadanos de varios países que han escapado de conflictos armados o desastres naturales.
Todas esas medidas han sido cuestionadas en tribunales y han quedado en suspenso, o han sido refutadas por jueces federales. El Tribunal Supremo tiene ante sí ahora una decisión final sobre el programa DACA.
“Huir de peligros mortales en busca de seguridad duradera es un esfuerzo hercúleo, y obtener la seguridad no debería serlo. El Gobierno de Estados Unidos, ciertamente, no debería seguir erigiendo barreras que obstaculizan enteramente el asilo”, dijo hoy Benjamin Johnson, director ejecutivo de AILA.