Alemania decidió cerrar hoy gran parte de sus fronteras con la República Checa y el Tirol austríaco para intentar contener la propagación de las variantes del coronavirus, un hecho que provocó discrepancias con la Unión Europea mientras la incidencia en ese país está a la baja, según reporte de las autoridades.
Sur Florida / Milenio
La medida contempla que solamente pueden ingresar en el país a través de esas fronteras ciudadanos alemanes o con residencia fija en el país, así como personas que atestigüen otras razones familiares o laborales, además de trabajadores trasnacionales, personal sanitario y transportistas de mercancías, siempre y cuando presenten una prueba PCR negativa a covid-19.
“Las personas que no formen parte de las pocas excepciones autorizadas no podrán entrar” en territorio alemán, advirtió el ministro del Interior, Horst Seehofer, en la edición dominical del diario Bild.
En medio de temperaturas glaciales, en el puesto fronterizo de Kiefersfelden, al límite de Austria, la policía filtraba este domingo escrupulosamente la circulación.
El domingo por la tarde, la policía alemana había inspeccionado unos mil 700 vehículos y prohibido el ingreso a 500.
La incidencia acumulada en siete días por 100 mil habitantes se situó en Alemania este domingo en 57.4 casos, lo que confirma el descenso continuado que viene observándose desde hace semanas. El máximo nivel se registró el 22 de diciembre, con 197.6 casos.
Berlín considera zonas de alto riesgo la República Checa, Eslovaquia y la región austriaca del Tirol. El miércoles, la canciller Angela Merkel y los poderes regionales prolongaron hasta el 7 de marzo el cierre de la vida pública ante el temor a la propagación de las nuevas variantes.
La paralización del transporte
Para garantizar los controles, se han movilizado a más de mil policías. La compañía ferroviaria Deutsche Bahn suspendió las conexiones con estas zonas y, el domingo por la mañana, la policía efectuaba controles en las llegadas del aeropuerto de Fráncfort.
Próximamente, las autoridades alemanas podrían también instaurar controles con la vecina región francesa de la Mosela, donde también se ha detectado una fuerte circulación de las variantes del virus.
En la República Checa, varios automovilistas se apresuraron a cruzar la frontera el sábado, antes de la entrada en vigor de las medidas.
Las críticas entre Alemania y los otros países de la UE
El ministro del Interior de Austria, Karl Nehammer, consideró “absolutamente inaceptable” que se prohibiera a los conductores usar un atajo a través de Alemania para viajar de una región austriaca a otra.
La Unión Europea (UE) no está de acuerdo con estas restricciones, ya que teme que, como sucedió en la pasada primavera, cada país del bloque mire para sí mismo para atajar la pandemia.
“Puedo entender el miedo frente a las mutaciones del coronavirus, pero hay que decir la verdad, que es que el virus no se detendrá con las fronteras cerradas”, lamentó hoy la comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides, en el periódico alemán Augsburger Allgemeine.
Agregó que “la única cosa que ayuda son las vacunas y las medidas de prevención sanitarias y, en mi opinión, es erróneo volver como en marzo de 2020 a una Europa de fronteras cerradas”.
Esta críticas suscitaron la indignación del ministro alemán del Interior, precisamente cuando a la Comisión Europea se le reprocha su lentitud en las campañas de vacunación.
“¡Ya basta ahora!”, declaró Seehofer, agregando que la UE “cometió bastantes errores”, y “tendría que apoyarnos en lugar de ponernos trabas con sus consejos”.
¿Por qué Alemania aplica estas medidas?
En la República Checa, que figura entre los países más afectados de Europa, con más de un millón de casos declarados con menos de 11 millones de habitantes, tres cantones -dos de los cuales en la frontera alemana- fueron confinados el jueves debido a la alta circulación de la mutación británica del patógeno.
El Tirol, aislado desde el miércoles por el gobierno austriaco, es considerado el mayor foco europeo de la variante sudafricana.