El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, acudió hoy al Palacio del Quirinal para dimitir, resignado a dar un paso atrás, consciente de que a partir de ahora nada se dará por sentado y que el riesgo de encontrarse fuera del Palacio Chigi nunca ha sido mayor. La crisis de Gobierno, tras una semana de incertidumbre, ha llegado a un punto crucial. Conte presidió esta mañana un Consejo de Ministros en el que informó de su renuncia, horas antes de acudir a comunicársela al presidente Sergio Mattarella para intentar formar un nuevo Ejecutivo, el tercero desde 2018, que aglutine más apoyos y que le permita implementar un plan para reactivar la tercera economía de la zona del euro, afectada por la pandemia que ha dejado más de 85.000 muertos en el país.
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“No todos los primeros ministros en el pasado han tenido el honor de trabajar con un equipo tan unido. Todos podemos ir con la cabeza alta por cómo hemos servido al país y cómo hemos gobernado la pandemia”, han sido las palabras de Conte en su breve despedida a los ministros del Ejecutivo formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y los progresistas Partido Demócrata (PD) y Libres e Iguales (LEU), que le respondieron con un aplauso y le expresaron su apoyo.
“El M5S sigue siendo el pilar del país y junto al presidente Conte ofreceremos nuestra aportación por la estabilidad. Éste es nuestro compromiso, en este objetivo estamos trabajando”, dijo el ministro de Exteriores, Luigi di Maio, hasta hace un año líder del partido.
“Mi estima y confianza total en un presidente capaz, buena persona y que puede guiar el país con equilibrio en los meses más duros de su Historia reciente”, escribió en Twitter la ministra de Educación, Lucia Azzolina.
En un comunicado, la Presidencia de la República anunció oficialmente que el primer ministro, Giuseppe Conte, ha puesto su mandato en manos del jefe de Estado. La nota especifica que las consultas con las fuerzas políticas comenzarán mañana por la tarde y podrían durar un par de días, detalla Efe. Después de la reunión de media hora de duración con Mattarella, el primer ministro saliente se verá con los presidentes del Senado y de la Cámara, Maria Elisabetta Alberti Casellati y Roberto Fico. No se espera que dé una rueda de prensa, sino que difunda un mensaje en vídeo.
Conte comenzará a negociar una nueva mayoría, que incluiría a la formación Italia Viva de Matteo Renzi y otras fuerzas centristas. Ésta es la única solución ante el callejón sin salida en el que se encuentra el premier, que no ha conseguido los apoyos necesarios y ante el riesgo de perder (mañana o el jueves) la decisiva votación en el Senado sobre la gestión del titular de Justicia, Alfonso Bonafede, miembro del Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
La hipótesis de un “Gobierno de salvación nacional” es cada vez más concreta, aunque en realidad sería un “Conte ter” (Conte tres), basado en una amplia mayoría con apoyos del área moderada de centroderecha y también del partido de Renzi, cuya vuelta rechaza el Movimiento 5 Estrellas. De cara a la votación en el Senado sobre la gestión de Bonafede -donde Conte sí consiguió la pasada semana una mayoría simple para poder continuar gobernando tras la marcha de Italia Viva de la coalición-, el premierno contaría con el voto de algunos senadores que ya han anunciado su desaprobación a la gestión del ministro al igual que los 18 de Italia Viva.
Por su parte, el líder de la Liga y ex ministro del Interior durante el primer gobierno de Conte con el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S), Matteo Salvini, dijo tras la renuncia que su formación trabaja “para solucionar los problemas” de los ciudadanos mientras que el actual Ejecutivo “se pelea”. Salvini, que se ha mostrado partidario de convocar elecciones, reiteró en un comunicado su negativa a apoyar otro Ejecutivo dirigido por Conte o cualquier otro que suponga una “pérdida de tiempo”.
“LA HORA DE LA VERDAD”
“Es la hora de la verdad”, dijo Conte, según fuentes gubernamentales, “ahora entenderemos el verdadero objetivo de la dimisión de los ministros de Italia Viva”. “Ahora todo cambia”, admitió el premier, consciente de que se adentra en un territorio desconocido, lleno de trampas y escollos. Un nuevo juego, cuyo final nadie puede predecir. El juego es ampliar la mayoría, construir en un cúmulo de horas un equipo político comprometido en apoyar a su tercer Gobierno, con un espíritu de “salvación nacional”.
Los números no encajan por el momento. Conte dimite hoy sabiendo que tendrá que encontrar la mayoría, el objetivo es elevarla hasta 175 senadores, pero en caso de no lograrlo se lo comunicará a Mattarella, quien deberá volver a abrir consultas para estudiar otro nombre que reúna una mayoría, o en caso de comprobarse la imposibilidad de formar un nuevo Ejecutivo, decidir disolver las Cámaras para acudir a elecciones.
EL GOBIERNO PERMANECE AL CARGO
El líder de la conservadora Fuerza Italia, Silvio Berlusconi, por su parte, aclaró que no apoyará al actual Ejecutivo de Conte y que la única solución es la de un Gobierno “que represente la unidad sustancial del país en un momento de emergencia” porque “cualquier otra solución significa prolongar una parálisis que el país no puede permitirse”.
Tras la dimisión de Conte, y hasta la toma de posesión de un nuevo Ejecutivo, el Gobierno saliente permanece en el cargo para la conducción de los asuntos de actualidad, lo que incluye la eventual emisión de decretos leyes en casos de necesidad y urgencia, ha precisado en un comunicado la Presidencia de la República.