El partido de ultraderecha de Marine Le Pen encaraba el domingo unas elecciones regionales reforzado por el apoyo a su dura estrategia en seguridad y contra la inmigración. Los comicios estaban considerados como un ensayo para las presidenciales del año que viene.
Sur Florida / apnews
Se esperaba que el joven partido centrista del presidente, Emmanuel Macron, tuviera un mal resultado debido a su falta de base política y a la frustración por la gestión de la pandemia.
La participación en la primera ronda del domingo podría batir un récord negativo. Los que acudan a las urnas deben hacerlo con mascarilla, mantener el distanciamiento social y llevar sus propios bolígrafos para firmar los registros de voto.
Las elecciones para elegir a los consejos de 13 regiones francesas, de Bretaña a Borgoña y la Riviera Francesa, giran principalmente en torno a cuestiones locales como transportes, escuelas e infraestructuras. Pero políticos de la esfera nacional las utilizan como plataforma para ensayar ideas y ganar seguidores antes de las presidenciales de abril. Se espera que Le Pen y Macron dominen esa campaña.
Los partidos que obtengan más del 10% de los votos en la primera ronda de las elecciones regionales pasarán a la segunda vuelta del 27 de junio.
Los sondeos apuntan a que el Frente Nacional de Le Pen pueda obtener el control de una o más regiones, lo que podría ser un gran espaldarazo para la campaña que inició hace una década para legitimar un partido considerado durante mucho tiempo como una formación marginal, antidemocrática y antisemita. Una cuestión importante es si los votantes franceses se unirán para impedir que el partido llegue al poder, como han hecho en el pasado.
Los Republicanos, el partido conservador tradicional, espera retener el control de varias de siete de las regiones que gobierna, incluida la importante zona de París.