Una escultura de bronce a gran escala será develada frente a la Torre de la Libertad, en el downtown de Miami, como homenaje y recuerdo a la Operación Pedro Pan, el éxodo de niños cubanos que se inició en diciembre de 1960.
La iniciativa es auspiciada por el Miami Dade College (MDC) y su reconocido Museo de Arte + Diseño. La escultura llamada The Tower of Snow fue creada por el artista cubano Enrique Martínez Celaya. La presentación se realizará el viernes a las 11 a.m. en 600 Biscayne Blvd.
“Durante años, como los sentimientos de desarraigo y foraneidad parecían específicos a mi experiencia, comencé a informarme sobre la Operación Pedro Pan y descubrí mi historia en muchos de sus recuentos”, dijo Martínez Celaya. “Este reconocimiento hizo aflorar un nuevo sentimiento de pertenencia a un grupo más grande que yo mismo, un grupo cuyos anhelos no cabían en el corazón de cualquiera”.
Un comunicado del MDC explicó que The Tower of Snow será instalada en un pequeño parque frente a la Torre de la Libertad, lugar emblemático del exilio. La Torre fue construida en 1924 para albergar las oficinas del periódico The Miami Daily News. Años más tarde se constituyó en un centro de procesamiento migratorio y ayuda para cerca de medio millón de refugiados cubanos.
“La escultura recordará todas las luchas de las generaciones pasadas, y les dará la bienvenida a nuevas generaciones plenas de esperanza y optimismo”, explicó el MDC en un comunicado enviado a El Nuevo Herald.
El presidente del MDC, Eduardo J. Padrón destacó la importancia de Pedro Pan y su legado histórico en defensa de las libertades individuales.
“Es un capítulo dramático de la historia del exilio cubano en los Estados Unidos que contiene el estremecimiento del sacrificio de la familia en pos de la libertad y la satisfacción y el éxito que proporciona alcanzarla”, indicó Padrón. “Muchos de aquellos niños de Pedro Pan, son hoy los líderes de nuestra comunidad”, añadió.
Pedro Pan fue un programa que hace más de medio siglo hizo posible la entrada de 14,048 menores cubanos sin sus padres en Estados Unidos. El histórico éxodo se inició el 26 de diciembre de 1960.
La operación fue idea de la Iglesia Católica y el fallecido monseñor Bryan O. Walsh, conjuntamente con el gobierno de Estados Unidos. El cuidado de los niños pasaba a manos de familias adoptivas o parientes cercanos, mientras que sus padres esperaban a salir de la isla como pudieran.
Muchos vivieron en campamentos temporales de Miami-Dade, en Florida City, Kendall y Matecumbe. De ahí los menores eran reubicados por todo el país y enviados a otras arquidiócesis en lugares como Nebraska, Washington e Indiana.
En octubre de 1962, unos 4,300 niños cubanos permanecían en guarderías o bajo el cuidado de tutores asignados, mientras otros miles vivían con familiares o amigos en espera de sus padres.
Las familias enviaron a sus hijos a Estados Unidos por varias razones: el rumor de la Ley de la Patria Potestad, según la cual los niños se convertirían en propiedad de la revolución, el temor al adoctrinamiento comunista, el cierre de las escuelas católicas y la deportación de sacerdotes. (El Nuevo Herald)