Rescatistas indonesios recuperaron el domingo más cuerpos de los escombros dejados por un sismo de magnitud 6,2, elevando la cifra de muertos a 77, mientras ingenieros militares lograban reabrir carreteras dañadas para permitir el paso de suministros de ayuda.
SurFlorida / Apnews
Más equipamiento pesado llegó a la afectada ciudad de Mamuju y al distrito vecino de Majene, en la isla de Sulawesi, donde golpeó el terremoto del viernes, indicó Raditya Jati, portavoz de la Agencia Nacional de Alivio de Desastres.
También empezaron a restablecerse el suministro eléctrico y las conexiones telefónicas.
Miles de personas se quedaron sin hogar y más de 800 resultaron heridas, de los que más de la mitad aún recibían tratamiento por lesiones graves, dijo Jati. Un total de 68 personas murieron en Mamuju y nueve en Majene.
Casi 27.850 personas fueron trasladadas a refugios, según datos de la agencia de emergencias. La mayoría fueron a refugios improvisados que se han visto castigados por los aguaceros del monzón. Sólo unos pocos tuvieron la suerte de conseguir carpas cubiertas de lona impermeable.
La gente dijo que faltaban comida, mantas y otros materiales de ayuda, mientras se enviaban suministros a la zona afectada.
“No podemos volver a nuestras casas destruidas”, dijo un hombre que sólo se identificó como Robert. El hombre, con tres hijos, dijo que había huido de la cama donde recibía tratamiento en el hospital de Mitra Manakarra, en Mamuju, que quedó demolido en el terremoto. Su familia estaba entre los miles de desplazados que buscaron cobijo en una zona de colinas.
Robert dijo que su cama estaba temblando cuando se despertó. Al darse cuenta de que había un terremoto, se quitó un gotero de la mano y salió corriendo. Vio a varias enfermeras ayudando a pacientes que no podían moverse antes de que se derrumbara el edificio.
“Lloré cuando vi que el hospital donde me estaban atendiendo se derrumbaba con gente aún dentro. Podría haber muerto si hubiera salido tarde”, dijo.
Los rescatistas lograron encontrar a cuatro sobrevivientes y cuatro cadáveres de los restos del edificio, según la Agencia de Búsqueda y Rescate.
Mamuju, la capital provincial y con casi 300.000 habitantes, quedó salpicada de escombros de los edificios derruidos. El edificio que alojaba la oficina del gobernador quedó destruido casi por completo y un centro comercial quedó reducido a un montón de restos. Dos hospitales sufrieron daños.
El cuerpo de ingenieros del Ejército despejó la carretera que conecta Mamuju y Majene, que había quedado bloqueada por aludes de tierra, indicó la agencia de emergencias. También reconstruyeron un puente dañado.
Muchos de los habitantes de la isla de Sulawesi recuerdan con horror el terremoto de magnitud 7,5 que en 2018 devastó la ciudad de Palu y desencadenó un tsunami que provocó un fenómeno llamado licuación del suelo, en el que el suelo pasa a comportarse como un líquido. Más de 4.000 personas murieron, muchas de ellas sepultadas cuando barrios enteros se hundieron.
Indonesia, donde viven más de 260 millones de personas, suele sufrir sismos, erupciones volcánicas y tsunamis porque se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de volcanes y fallas sísmicas.
Un enorme terremoto de magnitud 9,1 cerca de la isla de Sumatra, en el oeste de Indonesia, desencadenó en diciembre de 2004 un tsunami que mató a 230.000 personas en una docena de países.