El papa Francisco advirtió el sábado que las “promesas fáciles” del populismo y autoritarismo arriesgan la democracia en Europa y pidió un humanismo renovado para promover el bien común.
Sur Florida / apnews
Al llegar a Grecia, cuna de la democracia, Francisco aprovechó un discurso dirigido a líderes políticos y culturales griegos para alertar a Europa en general los riesgos que enfrenta el continente. Señaló que el sólido multilateralismo puede abordar los problemas urgentes del día, desde proteger al medio ambiente, hasta luchar contra la pandemia y la pobreza.
“La política necesita esto, para anteponer las necesidades comunes ante los intereses privados”, dijo Francisco. “Sin embargo, no se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia”.
Francisco, quien vivió en su natal Argentina el populismo peronista y la dictadura militar, con frecuencia ha advertido sobre la amenaza del autoritarismo y populismo, y el peligro que representa en la Unión Europea y en la misma democracia.
Durante su discurso, no hizo mención específica de países o líderes. Sin embargo, la UE está enfrentada con Polonia y Hungría —ambos países del bloque— sobre temas legales, en los que Varsovia insiste en que la ley polaca tiene prioridad sobre las políticas y regulaciones de la Unión.
Al exterior del bloque, mandatarios populistas en Brasil y el gobierno del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, avanzaron políticas nacionalistas sobre el medio ambiente en fuerte contraste con el llamado de Francisco de cuidar “nuestro hogar común”.
Al inaugurar la segunda parte de su viaje de cinco días a Chipre y Grecia, Francisco recordó que fue en Grecia, según Aristóteles, en donde el hombre tomó conciencia de ser un animal político y parte de una comunidad de conciudadanos.
“Aquí nació la democracia”, dijo Francisco a la presidenta griega Katerina Sakellaropoulou. “La cuna, milenios después, se convirtió en una casa, una gran casa de pueblos democráticos: me refiero a la Unión Europea y al sueño de paz y fraternidad que representa para tantos pueblos”.
El sueño está en riesgo entre la agitación económica y otras perturbaciones de la pandemia que pueden fomentar sentimientos nacionalistas y hacer que el autoritarismo parezca “expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes”.
“El remedio a esto no está en la búsqueda obsesiva de popularidad, en la sed de visibilidad, en la proclamación de promesas imposibles… sino que está en la buena política”, agregó.