El presidente Barack Obama cumplió con una de sus principales promesas electorales al derogar ayer una ley que obligaba a los soldados gays y lesbianas esconder su orientación sexual bajo la amenaza de ser expulsados de las Fuerzas Armadas.
“Su país necesita de ustedes, su país los llama y nos sentiremos honrados de recibirlos en las filas del mejor Ejército del mundo”, dijo Obama a sus compatriotas homosexuales durante una ceremonia en Washington y antes de firmar el texto de ley aprobado por el Senado el fin de semana pasado.
El Senado estadounidense puso fin a 17 años a una controvertida ley llamada “Don’t ask, don’t tell” (No preguntes, no digas), que obligaba a los soldados gays y lesbianas esconder su orientación sexual bajo la amenaza de ser expulsados.
Obama, quien durante su campaña electoral había prometido derogar esta polémica ley, citó durante la ceremonia el caso de un soldado estadounidense que según él resume bien la situación: “Hay un homosexual en nuestra unidad. Es fuerte. (…) A nadie le importa que sea gay”.
También recordó que varios homosexuales dieron la vida por Estados Unidos, desde la Guerra de Independencia hasta la Segunda Guerra Mundial, y destacó que “sus nombres están grabados en nuestros monumentos a los muertos, sus tumbas siembran (el cementerio nacional) Arlington”.
La ley, que ha había sido revisada por la Justicia estadounidense debido a que era considerada discriminatoria, ha provocado desde su aprobación en 1993 el despido de unos 14,000 soldados debido a su homosexualidad, de acuerdo con distintas asociaciones.
Aunque la ley fue abolida, los soldados homosexuales deberán esperar varios meses antes de que las fuerzas estén prontas para recibirles.
En medio de las preocupaciones para mantener la cohesión de las tropas cuando Estados Unidos sigue involucrado en las guerras de Afganistán e Irak, altos cargos del Ejército estadounidense quieren ir paso a paso para garantizar una transición suave.
Tras la votación del sábado, el secretario de Defensa, Robert Gates, aseguró que la administración trabajaría con “precaución, método, aunque con resolución” para aplicar la nueva medida, que permitirá a los soldados homosexuales servir en el Ejército abiertamente.
Luego de promulgar la nueva ley, Obama deberá “certificar” por escrito junto al secretario de Defensa y el jefe del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen, que la aplicación de las nuevas reglas no comprometerá “el nivel de preparación de las Fuerzas Armadas, su eficacia, la cohesión de las unidades y el reclutamiento”, dijo Gates.
Para preparar la integración de los soldados homosexuales a las filas, el Pentágono ha previsto, de acuerdo con un informe difundido a finales del mes de noviembre, retocar el código militar.