5 de noviembre de 2024 8:30 PM

El vuelo de paz conecta por primera vez Israel con Emiratos Árabes Unidos

La «nueva era» entre Israel y el mundo árabe anunciada por Benjamín Netanyahu arrancó a bordo de un Boeing 737. Dos semanas después del anuncio de normalización de relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU), se produjo el primer vuelo directo oficial de una aerolínea comercial entre Tel Aviv y Abu Dabi. El vuelo LY971 de la compañía nacional israelí El Al pasó a la historia tras realizar un trayecto de una duración de poco más de tres horas. «Con Emiratos vamos a lograr una paz cálida», declaró el primer ministro israelí horas después del aterrizaje del aparato en la pista del Golfo. El objetivo de esta primera visita oficial es trabajar en la hoja de ruta para lograr esa normalización de relaciones a cambio de la que el Estado judío se compromete a congelar de forma temporal la anexión de Cisjordania.

Sur Florida/ABC

El avión elegido para este día fue decorado con la palabra «paz» en inglés, árabe y hebreo en su parte posterior. Otro dato para la historia es que Arabia Saudí otorgó permiso a la aeronave israelí para sobrevolar su espacio aéreo, lo que no está claro es que el reino mantenga esta política para futuras conexiones entre los dos países.

El vuelo fue comercial, pero el pasaje estuvo compuesto por miembros de las delegaciones oficiales de Israel y Estados Unidos, principal impulsor del acuerdo de paz entre los dos países, y periodistas de los principales medios nacionales. El asesor de seguridad nacional Meir Ben Shabbat, quien fue el encargado de dirigirse a los medios emiratíes y lo hizo en perfecto árabe para decirles que este viaje era «un sueño hecho realidad», encabeza la comitiva enviada por el Estado judío, en la que también figuran representantes de la oficina del primer ministro y de los ministerios de Exteriores, Ciencia y Tecnología o Economía. La representación estadounidense la lidera el yerno de Donald Trump y asesor para temas de Oriente Medio, Jared Kushner, y el representante especial para Irán, Brian Hook.

La visita oficial durará dos días y tiene un carácter sobre todo económico, según los medios israelíes, que anuncian un nuevo viaje para un futuro próximo con objetivos más ligados a la cooperación en defensa y seguridad. En la última semana se abrió un debate sobre la posible venta de aviones de combate estadounidenses F35 y drones Reaper a Emiratos tras la firma de este acuerdo ya que Israel, pese a la buena sintonía entre los dos países, quiere conservar su superioridad tecnológica y militar en la región.

Emiratos aceptó la normalización de relaciones a cambio de que Israel se comprometiera a congelar el plan de anexión de Cisjordania, una de las promesas electorales de Netanyahu. Si el denominado Tratado Abraham sale adelante, el país del Golfo se convertirá en el tercer país árabe en firmar la paz con el Estado judío. Desde la Casa Blanca anunciaron que otros seguirán pronto un camino que rompe con la estrategia árabe de los últimos años que ponía como requisito para este paso la creación de un Estado palestino. Aunque los emiratíes lo presentaron ante su público como un logro frente a la anexión, nunca contaron con los palestinos y el primer ministro, Mohammad Shtayyeh, declaró ante los medios que se sintió «profundamente herido» al ver el avión de El Al aterrizando en el Golfo.

Donald Trump, en plena carrera electoral, planea escenificar el tratado con una cumbre trilateral en Washington con Benjamín Netanyahu y el príncipe Mohamed Bin Zayed. Mientras, ambos países trabajan en una hoja de ruta que recoge la firma de acuerdos en materia de inversiones, turismo, conexiones aéreas y seguridad.

Emiratos se convierte en la puerta de entrada de Israel al Golfo Pérsico, un avance que le permite izar su bandera frente a Irán, su gran enemigo regional. El ministerio de Exteriores de la república islámica emitió un comunicado nada más hacerse pública la normalización de relaciones en el que señaló que el pacto es una «estupidez estratégica de Abu Dabi y Tel Aviv que sin duda reforzará el eje de resistencia en la región».

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