El presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un video el viernes en el que aparece caminando lentamente por sus oficinas y hablando durante 13 minutos, y afirma que se está recuperando del COVID-19.
Sur Florida / diariolasamericas
Esta semana, López Obrador no ha efectuado sus famosas conferencias de prensa diarias por primera vez desde que asumió el puesto el 1 de diciembre de 2018, y es evidente que extraña la oportunidad de hablar.
El mandatario, quien ha estado aislado desde que dio positivo al coronavirus el fin de semana pasado, dijo: “Ya los médicos me dicen que estoy pasando la etapa crítica. Estoy bien”.
Ha estado recibiendo atención médica en su apartamento en el Palacio Nacional, donde también tiene sus oficinas.
López Obrador dijo que México importará la vacuna de AstraZeneca desde la India, y que el gobierno prevé que pronto se den a conocer los resultados de las pruebas de la vacuna de CanSino, de China.
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Junto con la vacuna Sputnik de Rusia, indicó, México calcula tener 6 millones de dosis de diversas inoculaciones para fines de febrero y 12 millones en marzo.
Dijo que, con ellas, todas las personas de edad avanzada en México podrían recibir al menos una inyección. Hasta ahora el país sólo ha estado utilizando la vacuna de Pfizer y ha estado aplicando las segundas dosis según lo programado.
Sin embargo, México solamente tiene unas 760.000 dosis de la de Pfizer, aproximadamente la mitad de las que necesita tan sólo para vacunar al personal médico que atiende a las personas contagiadas.
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En tanto el país reportó el viernes 1.434 nuevos fallecimientos por COVID-19, con lo que el total nacional por la pandemia ascendió a 156.579. Pero la tasa de pruebas diagnósticas que se realizan en México es extremadamente baja, y los estimados dejan entrever que la cifra real es superior a los 195.000.
Se registraron también 18.670 nuevas infecciones confirmadas de coronavirus en el territorio nacional, con lo que el total subió a 1,84 millones.
El reciente aumento de los casos hizo que Campeche, el único estado del país considerado en la categoría de bajo riesgo, volviera a estar en la categoría de riesgo moderado.
Campeche, situado en la costa del Golfo de México, había programado previamente la reapertura de las escuelas porque se encontraba en la categoría de riesgo más baja, con bajos niveles de infección y hospitalizaciones. No estaba claro si su cambio de estatus tendría algún efecto en los planes escolares.
