Este 12 de noviembre marcó un día histórico para la vida de Britney, ya que se dio por concluida de manera definitiva la tutela que ejerció su padre, Jamie Spears, en los últimos 13 años y así lo celebró la cantante
Sur Florida / Diario las Americas
Trece años sin derechos legales, sin controlar su patrimonio, sin decidir los términos de su carrera profesional y sin un mínimo capricho personal, así vivía Britney Spears sometida a una tutela a cargo de su padre, Jamie Spears, pero la jueza de Los Angeles, Brenda Penny, le devolvió a la cantante su libertad este 12 de noviembre.
“A partir de hoy (…) la tutela de la persona y el patrimonio de Britney Spears se da por terminada. Y ésta es la orden del tribunal”, sentenció la jueza.
Tras hacerse pública la decisión, Britney no contuvo su emoción y compartió por medio de sus redes sociales un video en el que se puede ver a una multitud lanzando papeles de color rosa y agitando banderas con la frase “Free Britney”.
Al mismo tiempo ofreció lo que sería su primera reacción bajo dicho post en el que expresó: “Dios mío, amo tanto a mis fans, es una locura. ¡Creo que voy a llorar el resto del día! El mejor día de todos, alabado sea el Señor. ¿Puedo recibir un amén?”, concluyó firmando con el #FreedBritney.
Su abogado, Matthew Rosenberg, en una improvisada conferencia de prensa a las puertas del juzgado también rindió su declaración ante la noticia: “Lo que haga Britney en el futuro, y por primera vez en una década, es cosa de Britney. Por supuesto, hemos preparado un sistema de seguridad personal y financiero para ella. Tenemos una red de seguridad para Britney, pero a día de hoy es una mujer libre e independiente. Y el resto, con su sistema de apoyo, dependerá de ella”.
El fallo a favor supone una nueva victoria para la artista, poseedora de una fortuna valorada en cerca de $60 millones de dólares y quien en junio pasado se pronunció por primera vez en contra de su progenitor.
Britney prestó un testimonio judicial demoledor en el que alegaba que el acuerdo de su tutela era abusivo y la privaba de derechos humanos básicos como casarse y tener más hijos.
Entre otros testimonios más escandalosos, se afirmó que Jamie Spears mandó a colocar micrófonos en la casa de Britney.
