23 de abril de 2024 2:09 AM

El estado del estado de la Florida /Por Sabina Covo

Sabina CovoEl desempleo en la Florida continúa siendo uno de los principales problemas del estado. Y si a esto le sumamos los costos de seguros a la vivienda, la cantidad de personas que no tienen seguro médico, las bajas en la calidad de la educación pública, la corrupción política, y los problemas en el transporte público, tanto condales como interestatales, podríamos llegar a creer que lo único bueno que le queda como atractivo para vivir en la Florida es el clima. Pero no debemos verlo todo negro, debemos más bien exigir un poco más de respeto de parte de nuestro gobernantes para los residentes del estado por medio del voto y de cartas a nuestros legisladores electos.

La realidad es que la Florida es un estado con un alto potencial de desarrollo y ya es hora que los impuestos se comiencen a reflejar en beneficios a la calidad de vida de su gente. Y es que nuestros legisladores tienen un arduo trabajo que realizar en la próxima sesión en Tallahassee, ya que el balance de la pasada sesión estuvo marcado por debates sociales que más bien parecían fósiles mandados a recoger y proyectos de ley partidistas que cautivaban a los extremos con mero interés político.

Entre los que se volvieron ley y los que fueron propaganda política o intentos de ley se pueden destacar: los rumores de una ley parecida a la de Arizona para la Florida, el esfuerzo del gobernador de que la reforma de salud federal fuera encontrada inconstitucional, las reformas a los pagos de los maestros basados en mérito, el análisis de cómo los fondos del Medicaid son invertidos, los casinos y los millones de dólares que se movieron detrás del intento de legalizarlos, el fiasco de Citizens United y la subida de los seguros a las propiedades, los recortes al Departamento de Niños y Familias, la ubicación de fondos públicos para las escuelas  charter mientras que las escuelas públicas sufrían las consecuencias, y el famoso mensaje de inspiración que se pueda hoy día presentar en una asamblea de una escuela de manera pública, no importa de qué religión venga (este último patrocinado en gran parte por una coalición estatal cristiana), en un país en el que las escuelas públicas en sus currículos evitan a toda costa mensajes religiosos por la gran diversidad de la población.

Entre algunos de los escándalos a destacar: que haya legisladores que además trabajen como cabilderos y que todavía estemos a la espera que de que se reforme el código de ética del estado.

Y el presupuesto: los recortes en puestos públicos a la espera de que los privados despeguen mientras que el presupuesto de austeridad cobra vigor (¿recortar en salud pública para agregar a la educación?) y una tasa de desempleo que continúa ubicando a la Florida en el estado con menor cantidad de empleos a largo plazo en la nación.

En agosto del 2011 el Departamento del Trabajo mostró que se perdieron 3,300 empleos y la tasa del desempleo quedó en un 8.8%. El gobernador de la Florida, Rick Scott, continúa pregonando que la situación laboral en la Florida se encuentra muy bien por sus numerosas misiones de intercambio a países latinoamericanos que fomentan la inversión extranjera, y su experiencia en negocios. Sin embargo, los economistas aseguran que demasiadas personas se han salido de la fuerza laboral por estar cansados de buscar empleos en el estado. Y de acuerdo a informes del Miami Herald/  Tampa Bay Times, la razón principal por la cual la tasa de desempleo se encuentra mejor que cuando el señor Scott asumió la gobernación es porque casualmente hay menos gente buscando trabajo.

Pero como dije antes, no hay que verlo todo negro. El panorama inmobiliario en el estado ha tenido una mejoría bastante sustancial desde el año pasado y lo que sí se ve clarísimo en el regreso a la pre construcción es la inversión extranjera. Esa inversión debería generar empleos para los locales, o al menos eso también es parte de las promesas de nuestros gobernantes. Esperemos que este último trimestre presente mejores cifras, y que nuestros gobernantes comiencen a pesar en calidad de vida, no solamente en cuidar sus propios puestos de trabajo. (www.sabinaopina.com)

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