El Congreso negocia ayuda a las pequeñas empresas de EEUU azotadas por la pandemia. Demócratas y republicanos siguieron negociando el lunes un programa que ayude a las pequeñas empresas de Estados Unidos a recomponerse de los estragos causados por la epidemia de coronavirus.
Sur Florida / AFP
Ejecutivos de grupos como Walmart, Facebook, Microsoft, Google y Starbucks advirtieron sobre el “catastrófico” perjuicio para las empresas y el empleo causado por los cierres de actividades impuestos para contener el COVID-19.
La presidenta de la Cámara de Representantes (Baja), la demócrata Nancy Pelosi, volvió a reunirse con el secretario del Tesoro Steven Mnuchin y la Casa Blanca calificó de ” productivo” el encuentro.
El jefe de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo que las partes “se están acercando” pero indicó que después de revisar los números que cada bando quiere agregar a un nuevo paquete de ayuda “hay un montón de asuntos pendientes”.
De momento no se vislumbra que ese acuerdo se alcance rápidamente. Mientras el debate continúa, millones de trabajadores han perdido subsidios complementarios por desempleo de 600 dólares semanales aque expiraron el viernes y muchos están en riesgo de perder también sus casas tras suspenderse los desalojos.
Pelosi volvió a decir que los 200 dólares que los republicanos propusieron pagar como ayuda extraordinaria no se ajusta a lo que necesitan las familias estadounidenses. Pero la Casa Blanca anunció que esta dispuesta a extender el monto de los 600 dólares de manera temporal.
“Millones de niños de nuestro país viven en inseguridad alimentaria”, según Pelosi. “Millones de personas están preocupadas porque pueden ser desalojadas de sus casas, decenas de millones están en el seguro por desempleo”, dijo.
Pero las conversaciones “están avanzando. Tenemos nuestras diferencias e intentaremos tener un entendimiento más claro de cuáles son las necesidades”, afirmó.
En una carta a los líderes del Congreso, los principales directivos de grandes corporaciones dijeron que las pequeñas empresas no disponen de suficiente dinero como para esperar una vacuna contra el COVID-19 y en consecuencia “enfrentan una potencial ruina financiera que demorará muchos más años la recuperación de la economía nacional”.