5 de noviembre de 2024 6:54 PM

El cantante Shawn Mendes revela el lado oscuro de sus fotos más sexys

Shawn Mendes, siguiendo esa línea de honestidad y “vulnerabilidad” que domina a día de hoy su perfil público, ha querido revelar sin reparos los numerosos problemas que le ha generado esa condición de ‘sex symbol’ que, todo sea dicho, él mismo ha cultivado en los últimos tiempos al prestarse, por ejemplo, a posar en ropa interior para una reciente campaña publicitaria de Calvin Klein.

Sur Florida / eldiariony

Su cincelado torso, sus fuertes brazos y su fotogénica sonrisa han conseguido desviar, en más de una ocasión, la atención de su talento artístico y de sus emotivas canciones para refrendar su condición de ídolo sexual, especialmente para las nuevas generaciones, a lo largo y ancho del planeta. Aunque a él no le molesta especialmente que millones de jovencitas -y jovencitos- suspiren por él cuando le ven actuar o admiran su trabajada fisionomía en un cartel de grandes dimensiones, la “presión” derivada de tener que cumplir con ese papel a todas horas ha terminado por hacer mella en su salud mental.

De hecho, el astro de la música ha admitido que ha llegado a desarrollar un trastorno dismórfico corporal a raíz de esa obsesión por alcanzar siempre la ‘perfección’ en el plano físico, hasta el punto de que todos los días ha de luchar contra las inseguridades que le genera la mera idea de no estar a la altura de sus estatus. En conversación con la revista Wonderland, en cuya portada aparece curiosamente desnudo, pero con una guitarra cubriendo sus partes pudientes, el canadiense ha querido alertar sobre esos cánones de belleza poco realistas a los que él también se ve sometido, pero que también fomenta, le guste o no.

“Aparecí sin camiseta en varios carteles repartidos por toda la ciudad. Y la verdad es que, después de participar en una sesión de fotos en la que se supone que has de salir sexy, tu mente se puede ver muy afectada, porque al final te obligas cada día a estar a la altura del chico de la imagen. Y hay maquilladores y editores gráficos que retocan esas imágenes, así que no es justo para nadie que esa foto concreta se convierta en algo a lo que aspirar. Y estamos en una cultura de la comparación constante: yo he llegado a desarrollar dismorfia corporal al intentar ser esa persona todo el tiempo”, ha reflexionado.

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