El gobierno federal está avanzando en el “encapsulamiento” de ocho reactores de producción de plutonio en Hanford, lo cual consiste en almacenarlos a largo plazo para permitir que la radiación en su interior se disipe durante décadas, hasta que puedan ser desmantelados y enterrados.
Sur Florida / Diario las Américas
“Es relativamente no costoso”, dijo Mark French, un administrador que labora en el Departamento de Energía de Estados Unidos, con respecto al encapsulamiento. “Los costos de intentar desmantelar el reactor y demoler el núcleo del reactor serían altísimos y pondrían en riesgo a los trabajadores”.
El gobierno federal construyó nueve reactores nucleares en Hanford con el fin de fabricar plutonio para bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Las instalaciones, situadas a orillas del río Columbia, contienen la mayor cantidad de residuos radiactivos de Estados Unidos.
Actualmente, los reactores están cerrados y yacen como fortalezas de cemento cerca de la ciudad de Richland, en el sureste de Washington. Seis de ellos ya han sido almacenados a largo plazo, y otros dos van en esa dirección. El noveno reactor fue transformado en un museo como parte del Parque Histórico Nacional del Proyecto Manhattan.
Si bien la Segunda Guerra Mundial terminó en 1945 y la Guerra Fría en 1989, Estados Unidos sigue pagando miles de millones de dólares al año para eliminar los residuos nucleares producidos por las armas atómicas que desempeñaron un papel importante para poner fin a esos conflictos. El mayor gasto corresponde a la eliminación de un enorme volumen de residuos líquidos procedentes de la producción de plutonio, componente clave de las armas nucleares.
Mientras que la limpieza de los residuos líquidos almacenados en 177 tanques subterráneos llevará décadas de trabajo y cientos de miles de millones de dólares, las labores para asegurar los nueve reactores de plutonio están mucho más cerca de completarse.
Los dos últimos reactores, cerrados en 1970 y 1971, están a punto de entrar en la fase de encapsulamiento, en la que son cubiertos con acero y cemento para evitar que la radiactividad se escape al medio ambiente, dijo French.
Se espera que las cápsulas duren unos 75 años, tiempo en el que la radiactividad en su interior habrá disminuido de manera drástica y se presume se tendrá un plan para la disposición final de las partes restantes, dijo French.
Cada cinco años, trabajadores entran en el edificio del reactor para asegurarse de que no hay fugas ni infestaciones de roedores o aves, señaló.
La limpieza de Hanford, que cuenta con unos 11.000 empleados y un tamaño equivalente a la mitad de Rhode Island, comenzó a finales de la década de 1980, y ahora cuesta unos 2.500 millones de dólares al año.