El secretario de Justicia de Estados Unidos, Merrick Garland, prohibió formalmente el lunes a los fiscales federales obtener las comunicaciones de periodistas en investigaciones sobre datos filtrados, con excepciones limitadas, revirtiendo políticas que llevaban años en el departamento.
Sur Florida / apnews
La nueva política codifica en gran medida el compromiso que Garland hizo en junio, cuando dijo que el Departamento de Justicia abandonaría la práctica de confiscar la información de los periodistas en investigaciones sobre filtraciones. Tiene como objetivo resolver un asunto políticamente complicado que durante mucho tiempo ha irritado a los fiscales del Departamento de Justicia que tratan de sopesar los derechos que la Primera Enmienda otorga a los medios de comunicación con el deseo del gobierno de proteger la información clasificada.
Pero el memorándum deja claro que los fiscales federales pueden, en algunos casos, obtener los datos de las comunicaciones de los periodistas, como en el caso de que el reportero sea sospechoso de trabajar para agentes de otro país o para organizaciones terroristas. También hay una excepción para situaciones con riesgos inminentes, como secuestros o delitos contra niños.
Garland se vio impulsado para actuar luego de las críticas que surgieron cuando se dio a conocer que, durante el gobierno del expresidente Donald Trump, el departamento había obtenido los datos de periodistas de The Washington Post, de CNN y de The New York Times como parte de unas investigaciones sobre quién había divulgado los secretos del gobierno relacionados con la pesquisa de Rusia y otras cuestiones de seguridad nacional.
También se obtuvo la información de unos miembros del Congreso federal y de su personal, así como del exasesor legal de la Casa Blanca, Don McGahn.
El anuncio de Garland se produjo luego de que el presidente Joe Biden dijo que no permitiría que el Departamento de Justicia obtuviera los registros de llamadas y correos electrónicos de periodistas, señalando que la práctica era “errónea”. Desde entonces, Garland y otros empleados de alto rango del Departamento de Justicia se han reunido con representantes de medios de comunicación, y ambas partes estuvieron de acuerdo en que eran necesarias nuevas políticas. Garland también ha dicho que respaldaría una legislación federal para añadir más protecciones para los periodistas.
La acción fue elogiada inmediatamente por defensores de medios.