Los demócratas deben retirar un plan para permitir que millones de inmigrantes permanezcan temporalmente en Estados Unidos, el cual estaba incluido en una enorme iniciativa social y ambiental, decidió el jueves la parlamentaria del Senado, lo que constituye un nuevo golpe a una prioridad desde hace tiempo para el partido, activistas migratorios y progresistas.
Sur Florida / AP
La opinión de Elizabeth MacDonough, la árbitro apartidista de las normas del Senado, prácticamente significa que los demócratas deberán retirar la propuesta de su plan de alrededor de dos billones de dólares a 10 años. La medida incluye iniciativas sobre atención médica, servicios familiares y cambio climático que son máximas prioridades del presidente Joe Biden.
Cuando el Senado considere el proyecto de ley general, se tiene previsto que los demócratas intenten reanudar las disposiciones sobre inmigración o quizá hasta un lenguaje más firme que abra una camino a los migrantes para que se conviertan en residentes permanentes o en ciudadanos. Pero esos esfuerzos enfrentarían una firme oposición de los republicanos y posiblemente de un pequeño número de demócratas, que bastarían para la derrota en la cámara, donde ambas fuerzas se reparten las bancas 50-50.
La opinión de MacDonough no causó sorpresa — fue la tercera vez desde septiembre que dijo que los demócratas podrían violar las normas del Senado con el uso de un proyecto de ley para ayudar a los inmigrantes y deben retirar las disposiciones sobre la inmigración de la propuesta. Sin embargo, fue un doloroso revés para los activistas que esperaban aprovechar el control demócrata en la Casa Blanca y la Cámara de Representantes para ver progreso en el tema, que el Congreso ha eludido por décadas.
La determinación de MacDonough supone la segunda derrota de la jornada para el paquete social y económico de los demócratas. Biden también se vio obligado a admitir que el trabajo del Senado sobre el gigantesco proyecto general se demoraría al menos hasta enero, después de estancarse las negociaciones con el senador demócrata Joe Manchin, por Virginia Occidental, quien no está de acuerdo y desea una mayor reducción y reconfiguración de la propuesta.
“Avanzaremos en este trabajo juntos durante los próximos días y semanas”, dijo el presidente en un comunicado.
La propuesta más reciente de los demócratas permitiría a alrededor de 6,5 millones de inmigrantes que viven sin permiso en Estados Unidos desde al menos 2010 que soliciten un máximo de dos permisos de trabajo por cinco años. Con los permisos podrían tener empleos, evitar ser deportados y en algunos casos viajar al extranjero sin poner en riesgo su residencia en territorio estadounidense. Los solicitantes tendrían que aprobar verificaciones de antecedentes y otros requisitos.
Los defensores de los inmigrantes y sus aliados demócratas en el Senado han dicho que continuarán buscando una manera de incluir disposiciones que ayuden a los migrantes en la iniciativa.
“Estamos decepcionados. Y estamos considerando cuáles son nuestras opciones restantes”, dijo a la prensa el presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado, el demócrata Dick Durbin, en referencia al fallo de la parlamentaria.
Los demócratas están utilizando reglas especiales que les permitirían aprobar el plan general en el Senado mediante una votación de mayoría simple y no con los 60 votos que la iniciativa necesitaría regularmente. Pero, bajo esas mismas reglas, estas iniciativas no pueden contar con disposiciones que sean impulsadas por cambios políticos que por recortes o incrementos al presupuesto federal.
La parlamentaria es la que decide. Según su opinión, los demócratas no pasaron esa prueba debido a que la redacción en disputa habría cambiado un programa que actualmente otorga permisos de trabajo ocasionalmente a una que haría que la emisión de permisos a los migrantes elegibles fuera obligatoria
“Esos son cambios importantes de política con efectos duraderos como los que hemos previamente considerado y que rebasan el impacto presupuestario”, escribió MacDonough. A principios de año, MacDonough rechazó dos propuestas demócratas que habrían dado cada una de ellas una oportunidad para que 8 millones de migrantes obtuvieran un estatus de permanencia legal.
El plan rechazado no hubiera creado una nueva ruta para que las personas que obtengan permisos de trabajo se quedaran permanentemente en el país. Sin embargo, la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso, un organismo apartidista, calculó el mes pasado que de los 6,5 millones de migrantes que terminarían recibiendo permisos temporales de trabajo, alrededor de 3 millones de ellos eventualmente obtendrían la residencia ya que su nuevo estatus les retiraría algunos obstáculos del proceso.
Muchos progresistas y defensores de los migrantes han exhortado a los demócratas desde hace mucho tiempo a que voten para anular la determinación de la parlamentaria, cuya opinión tiene carácter consultivo y cuyas decisiones los senadores revocan con frecuencia. Los defensores de los migrantes reanudaron las presiones sobre el partido para que hagan lo mismo tras el fallo de MacDonough.
“Esta es una lucha por la justicia racial”, dijo Greisa Martinez Rosas, directora ejecutiva de United We Dream, un grupo defensor de los derechos de los inmigrantes. Tras citar el firme apoyo que los demócratas generalmente reciben de los electores hispanos, Martinez señaló que los defensores de los migrantes no aceptarán excusas frente a la falta de acción.
“Es hora de que los demócratas cumplan sus promesas; deben desechar la recomendación de hoy” de la parlamentaria e incluir las disposiciones sobre ciudadanía en la iniciativa, apuntó.
Parece improbable que los demócratas consigan el apoyo unánime que necesitan para revertir la opinión de MacDonough. Manchin, uno de los demócratas más conservadores en la Cámara de Representantes, ha dicho que no votaría a favor de revocar la decisión de la parlamentaria “en cada punto”.