Dubái es una de las ciudades del mundo que más turistas atrae, y especialmente de Europa en invierno. El principal motivo es que los ciudadanos del Viejo Continente intentan escapar del frío y este año a su vez, huyen de los férreos controles existentes en la mayoría de naciones debido a la pandemia de coronavirus.
Sur Florida/AS
Durante la temporada de fin de año, fue constante el goteo de visitantes en la urbe. Y ahora, las consecuencias surgen en forma de contagios: los positivos han aumentado y las cifras prácticamente se han cuadriplicado desde noviembre.
Dudas sobre las medidas
La mayor apertura al turismo ha generado dudas sobre si las medidas son adecuadas para frenar la propagación de la enfermedad. Aunque las autoridades del emirato están decididas a mantener su economía dependiente del turismo y confían en la responsabilidad de aquellos viajeros que entran en el país.
Helal Saeed Al Marri, director general del Departamento de Marketing de Turismo y Comercio de Dubái, defendió en CNN la estrategia efectuada: “Abordamos las cosas de una manera muy mesurada, pero nuestra filosofía es que debemos trabajar a través de esta pandemia”.
“Si les pedimos a todos que cambien su comportamiento al 100%, es muy poco probable que logremos un cumplimiento total. En nuestro caso, le hemos pedido a la gente que modifique su comportamiento, que aprenda a vivir en la nueva normalidad, y la gente lo ha aceptado. Si caminas por la calle en Dubai, la gente lleva mascarillas. Si alguien no lleva mascarilla, no serán las autoridades las que les digan que se la pongan, será un transeúnte, porque esa es la forma en que hemos aprendido a vivir en esta era COVID”, añadió Al Marri.
Mala evolución epidemiológica
Pese a esta decisión, los números de infecciones comienzan a ser preocupantes: el mes pasado, los Emiratos Árabes Unidos pasaron de 80.000 a 290.000 positivos, con una media de 4.000 diarios. Esto provocó un empeoramiento de la evolución epidemiológica que derivó en un aumento de la presión hospitalaria.
Aunque los expertos no lo achacan necesariamente a los viajeros, sino a los expatriados, cuyo porcentaje en Dubái se eleva hasta el 85%. Algunos viajaron rumbo a sus países de origen, mientras que otros asistieron a reuniones de Navidad o Año Nuevo, lo que pudo contribuir al empeoramiento de la situación.