Cuando se detectó una mancha de petróleo en las aguas de la costa del sur de California, los ambientalistas temieron lo peor: un vertido masivo que destrozaría el ecosistema.
Sur Florida / apnews
Una semana después, la región y sus emblemáticas playas parecen haber evitado un desastre posiblemente calamitoso, aunque los efectos a largo plazo sobre la flora y la fauna siguen sin estar claros.
La Guardia Costera estima que una fuga en un oleoducto arrojó un mínimo de aproximadamente 95.000 litros (25.000 galones) de crudo ante las costas del condado de Orange, y no más de 500.000 libros (132.000 galones).
“Basándonos en lo que estamos viendo, es un impacto más suave de lo que se espera en el peor de los casos de un vertido”, dijo Christian Corbo, teniente de Pesca y Vida Salvaje de California. “Esperamos ver menos impactos en la costa, menos impactos en los animales en base a ese umbral reducido”.
La noticia bien recibida tras una angustiosa semana con playas cerradas en comunidades costeras cuya vida gira en torno al mar. En un primer momento, las autoridades de Huntington Beach — apodada la Ciudad del Surf — pensaron que las limitaciones para hacer surf y nadar podrían durar meses. Pero la alcaldesa, Kim Carr, dijo el jueves que era “cautelosamente optimista” con que pudiesen volver al agua en unas semanas.
Muchas playas siguen abiertas para jugar al voleibol, tomar el sol y realizar otras actividades, aunque la gente debe mantenerse lejos del mar.
La presencia de una mancha de petróleo en el mar fue reportada en la noche del 1 de octubre. Pero no fue hasta la mañana siguiente cuando las autoridades confirmaron el derrame. La Guardia Costera investiga si el ancla de un barco pudo haberse enganchado, doblado y roto el oleoducto propiedad de Amplify Energy Corp, una firma con sede en Houston, por la que circula el crudo desde sus tres plataformas hasta una refinería en la costa.
Desde las plataformas, a mitad de semana no se avistaba mancha alguna, y el olor pútrido que cubrió Huntington Beach el pasado fin de semana se había disipado. Los delfines saltaban entre las olas y los pájaros rozaban la superficie del mar.
Pero los activistas medioambientales dicen que la situación sigue siendo grave y temen los efectos a largo plazo en los humedales y en la vida marina. Los componentes del petróleo en crudo pueden permanecer bajo la superficie del océano y afectar a los microorganismos de los que se alimentan los peces, que a su vez forman parte de la cadena alimenticia de pájaros, mamíferos marinos y humanos.
En un vertido en el mar, las aves suelen ser las primeras afectadas ya que el petróleo puede pegarse a sus alas, lo que hace que se enfríen por la baja temperatura del mar. En cinco días se encontraron 10 pájaros manchados de crudo muertos, y otros 25 fueron rescatados y llevados a un centro de vida salvaje para ser tratados. En este último grupo había siete ejemplares de chorlitejo blanco, una especie amenazada, según el Oiled Wildlife Care Network.
Según John Villa, director ejecutivo de Huntington Beach Wetlands Conservancy, apuntó que otro derrame causó más daño a la comunidad en 1990, cuando más de 1.000 animales se vieron afectados. En esta ocasión, el petróleo entró a tres pantanos próximos a la playa, pero los daños fueron menores por la rápida instalación de barreras, explicó.
“No es tan malo como temíamos”, dijo agregando que el último reto es bombear oxígeno a esos pantanos donde no está entrando agua nueva. “Esperábamos un problema mucho más grande en nuestros pantanos”.
Las aves migratorias podrían haberse librado de los daños porque no suelen aparecer en grandes cantidades en la región hasta noviembre, aclaró Mike Lynes, director de políticas públicas en Audubon California.
Pero es probable que muchos pájaros sí se hayan visto afectados y no se les haya encontrado, agregó apuntando que otras especies que no tienen los mismos patrones migratorios podrían no haber corrido tanta suerte. Es por esto que contar los animales manchados de petróleo no es una medida ideal para evaluar los efectos de un incidente así, manifestó.
“El petróleo persiste en el medio costero y causa todo tipo de problemas durante mucho tiempo”, apuntó Lynes.
A medida que el crudo se ha desplazado hacia el sur, han aparecido bolas de alquitrán en playas a hasta 80 kilómetros (50 millas) del punto inicial, un claro indicio de que las repercusiones sobre el medio ambiente están aumentando.
“Simplemente, no sabemos qué impactos va a haber”, dijo Garry Brown, cofundador del grupo de derechos Orange County Coastkeeper. “Es triste decirlo, todavía es pronto”.
Entre las principales preocupaciones está el posible efecto de la fuga bajo la superficie del océano. El petróleo en crudo puede sofocar los corales en aguas profundas y matar una fuente de alimento vital para las ballenas azules, dijo Oceana, una organización de conservación del océano. Los expertos en medio ambiente señalan que los peces pueden ingerir el petróleo, y sus toxinas se propagarían por la cadena alimenticia. Desde el incidente, la pesca está prohibida a lo largo de muchos kilómetros (millas) de la costa del condado de Orange.