19 de septiembre de 2024 7:58 PM

Delta causó la peor ola de COVID en Florida. ¿Qué nos espera con la cepa ómicron?

Han transcurrido escasos meses desde que la Florida comenzara a respirar algo de tranquilidad al notar una anhelada mejoría tras la devastadora ola de infecciones que la variante delta del coronavirus dejó a finales del verano y principios del otoño. Pero el diagnóstico de tres casos de la nueva cepa ómicron —incluyendo uno en Miami-Dade— abre un nuevo capítulo de incertidumbre.

Sur Florida / Nuevo Herald

La nueva cepa se detectó por primera vez en Sudáfrica y Botswana el mes pasado y hasta el lunes se había detectado en 70 países y 34 estados de Estados Unidos y Washington D.C. Dado que solo se secuencia un pequeño porcentaje de las pruebas positivas, los expertos dicen que es seguro asumir que ya se ha propagado por todas partes.

La evidencia y los datos preliminares sugieren que, si bien es probable que la variante ómicron sea más transmisible que delta, también parece estar causando síntomas más leves.

Un informe recientemente publicado de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que analiza 43 casos atribuidos a la variante ómicron, coincide con la hipótesis de que es más probable que la nueva variante escape a la inmunidad inducida por la vacuna o infección previa. Treinta y cuatro de las personas infectadas habían completado la serie primaria de vacunas contra el COVID y seis habían contraído el virus en el pasado.

“Son datos realmente limitados, por lo que debemos ser muy cautelosos”, dijo Mary Jo Trepka, experta en enfermedades infecciosas y profesora de la Universidad Internacional de Florida (FIU).

¿Cómo se detecta ómicron?

Las variantes se detectan mediante secuenciación genómica, o el estudio de un virus a medida que evoluciona y muta.

Los científicos han encontrado sorprendente el número de mutaciones (alrededor de 50) en la variante ómicron. La mayoría de las mutaciones que se observan en ómicron se encuentran en la proteína pico, la parte del virus que se une a las células del cuerpo. Algunas de las mutaciones se habían observado en mutaciones anteriores del virus, muchas en diferentes linajes de delta.

Es común que los virus muten. La versión original de SARS-CoV-2 que se secuenció por primera vez a principios de 2020 no ha existido desde el verano de 2020, según William Lee, vicepresidente de ciencia de Helix, una empresa biotecnológica que trabaja con los CDC y los departamentos de salud locales en la secuenciación de las pruebas de PCR positivas de COVID. Desde entonces, se han propagado diferentes variantes, incluidas alfa, beta y, más recientemente, delta.

En EEUU, delta sigue siendo la variante dominante, y representa casi el 97% de las muestras secuenciadas según los datos publicados el martes por los CDC. Ya que ha sido la variante dominante por un tiempo, se esperaría que las mutaciones futuras tuvieran algún tipo de linaje o sublinaje a la variante delta, según los expertos.

“Pero si haces el análisis filogenético y dibujas el árbol evolutivo, ómicron no desciende en absoluto de delta”, dijo Lee. “Es lo suficientemente diferente de los diferentes linajes que hemos visto en el pasado, y eso es parte de la razón por la que es tan sorprendente”.

Aunque muchas de las mutaciones se han visto en diferentes linajes a lo largo de la evolución del virus, Lee dijo que los científicos nunca las han visto todas en el mismo linaje, con nuevas mutaciones también.

La hipótesis inicial es que cuantas más mutaciones haya, más probable es que tenga algún tipo de “ventaja de aptitud” que no se había visto en el virus, dijo Lee, refiriéndose a la capacidad del virus para escapar de la inmunidad.

“Eso es lo que preocupa a todos y lo que estamos tratando de rastrear”, destacó.

Se detectó ómicron en el 3% de las muestras secuenciadas por los CDC la semana pasada en los EEUU.

En Dinamarca, donde se secuencian todas las pruebas de PCR positivas, los casos de COVID-19 causados por la variante ómicron se han duplicado cada dos días, y los expertos dicen que se convertirá en la variante dominante en el país esta semana.

Un estudio publicado el martes desde Sudáfrica reveló que la variante era más contagiosa que la delta, pero causaba síntomas más leves. Sin embargo, Sudáfrica tiene una población relativamente joven y una alta inmunidad a infecciones previas, por lo que eso podría influir en los hallazgos.

¿Qué pasó durante la ola causada por delta?

La variante delta causó la peor ola de coronavirus en Florida desde finales de junio hasta mediados de octubre. En ese periodo, más de 20,000 floridanos murieron de COVID, lo que representa casi una tercera parte de todos los fallecimientos por COVID-19 desde marzo de 2020.

Hasta el martes, 62,073 floridanos habían muerto de COVID, según datos publicados por los CDC.

“Delta dejó bastante devastación en términos de impacto en las personas y sus familias”, explicó Trepka.

El 1ro. de septiembre de 2021, el promedio de siete días de personas que mueren cada día alcanzó un máximo de 403, es decir, casi el doble de personas muriendo cada día comparado con la ola del verano de 2020.

Pero en un momento en que se conseguían las vacunas fácilmente y se conocían las técnicas de mitigación, el impacto significativo del delta se podía evitar en gran medida, según Jason Salemi, profesor asociado de epidemiología de la Facultad de Salud Pública de la University of South Florida que ha estado rastreando los datos desde el comienzo de la pandemia.

“Cuando estás llegando a 400 muertes por día cuando hay vacunas disponibles, comienzas a ver todo y dices ‘Dios mío, esta ola no tenía por qué ser tan mala’”, dijo Salemi.

Muchas de las enfermedades graves y las muertes podrían haberse prevenido fomentando la vacunación y los métodos de mitigación como el uso de máscarillas y el distanciamiento social, observó Salemi.

Si bien los casos alcanzaron su punto máximo este verano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, no implementó medidas de mitigación como lo hizo durante el comienzo de la pandemia en marzo de 2020.

En abril de 2020, Desantis emitió una orden de quedarse en casa para los trabajadores no esenciales después de que el entonces presidente Donald Trump extendió las pautas de distanciamiento social de la Casa Blanca.

En marzo 2021, el gobernador canceló todas las multas relacionadas con las reglas de COVID y en septiembre amenazó a los municipios locales que querían imponer mandatos de vacunas. A finales de julio, prohibió los mandatos de mascarillas en las escuelas públicas. Mientras delta se convirtió en la variante dominante en el estado —lo que provocó un aumento repentino de las hospitalizaciones y muertes—, DeSantis impulsó los tratamientos con anticuerpos monoclonales para que las personas infectadas lo usaran después de recibir un diagnóstico positivo.

El martes pasado, en una conferencia de prensa en Oldsmar, DeSantis sugirió que abordaría ómicron de la misma manera, sin bloqueos ni requisitos de máscara.

“En Florida, no permitiremos que te encierren. No permitiremos que te restrinjan“, dijo el regidor. “No vamos a dejar que impongan mandatos. No vamos a dejar que cierren las escuelas. Vamos a proteger su libertad de tomar su [propia] decisión ”.

En una declaración en respuesta a las preguntas del Herald sobre ómicron y secuenciación, la directora de comunicaciones del DOH, Weesam Khoury, reiteró la postura de anticuerpos monoclonales del estado como tratamiento para la enfermedad y mencionó las vacunas como medida preventiva.

DeSantis ha promocionado el tratamiento con anticuerpos monoclonales como un medio para tratar COVID en sus primeras etapas y prevenir hospitalizaciones. Pero Regeneron Pharmaceuticals, que produce uno de los medicamentos de tratamiento con anticuerpos monoclonales que usa el estado, dijo en un comunicado a fines de noviembre que el medicamento podría ser menos efectivo contra el ómicron. El sotrovimab, un fármaco similar elaborado por la empresa británica GlaxoSmithKline que se ha utilizado en Florida, es eficaz contra el ómicron, según datos publicados por la empresa la semana pasada.

Falta de información pública

Uno de los mayores problemas en términos de estudiar el virus en Florida y Estados Unidos es la falta de datos disponibles para el público, incluidos datos sobre variantes, infecciones de personas vacunadas y estado de vacunación para casos y muertes, según los expertos.

DOH no publica datos sobre variantes, pero, como resultado de la amenaza de una demanda de un consorcio de compañías de medios, incluyendo el Herald, proporciona informes quincenales que incluyen cuántas variantes y linajes han sido detectados por sus tres laboratorios estatales y algunos laboratorios privados. Sin embargo, los expertos en salud pública dicen que estos informes no son muy útiles, ya que no indican cuántas muestras se secuenciaron en cada periodo.

El Departamento también solía publicar datos de líneas de casos, que incluían detalles sobre cada caso de COVID detectado en la Florida, pero no ha actualizado esos datos desde el 2020.

En un comunicado, el Departamento dijo que aún recopila los datos a los que los epidemiólogos del DOH tienen acceso.

“El Departamento recopila datos que son relevantes para una investigación epidemiológica. Recopilamos el estado de vacunación, incluyendo la cantidad de dosis y la fecha de vacunación, para todos los casos en los que esa información está disponible”, reza el comunicado.

Expertos como Salemi dicen que tener acceso a los datos de la línea de casos que incluyen el estado de vacunación en cada persona contagiada les permitiría comprender mejor la situación y hacer las recomendaciones adecuadas.

“Para saber realmente qué está provocando la propagación, quién debe preocuparse y por qué, necesitamos saber cuántos casos están ocurriendo entre personas con diferentes inmunidades adquiridas por vacunas o reinfecciones”, dijo.

Un informe de la Universidad de Florida publicado la semana pasada reveló que los investigadores enfrentaron presiones externas para destruir los datos de COVID-19 y describieron “barreras” para acceder, analizar y publicar los números. A los profesores de la UF también se les dijo que no criticaran al gobernador ni a las políticas de COVID del estado en los medios.

Los datos sobre la reinfección también serían beneficiosos para comprender si variantes como ómicron son buenas para evadir la inmunidad, como se esperaba. Actualmente, el departamento solo incluye a personas que dieron positivo una vez en sus datos públicos, lo que significa que si una persona dio positivo en mayo de 2020 y luego dio positivo nuevamente en junio, solamente se contaría como un caso.

Casos de COVID-19 en alza

Los casos han aumentado en la mayor parte de EEUU por un par de semanas, abrumando a los hospitales en estados como Michigan. A Florida, dicen los expertos, le había ido bien hasta hace poco porque tuvo su propia ola delta a fines del verano y tiene una alta tasa de inmunidad a la variante.

Pero en las últimas dos semanas los casos han comenzado a aumentar levemente en el estado, un cambio con respecto a las tasas de casos estancadas que Florida había visto en los últimos dos meses.

El martes, el promedio estatal de siete días para los casos agregados cada día fue de 2,305, el más alto desde mediados de octubre y aproximadamente un 58% más alto que el promedio solo dos semanas antes.

Todavía no está claro si este repunte reciente está relacionado con la variante ómicron. Desde que el Condado Miami-Dade comenzó a realizar su propia secuenciación con Nomi Health con muestras de PCR positivas que datan del 31 de octubre, se detectó la variante delta en las 746 muestras. Según los datos recientes de los CDC. El 99% de las muestras secuenciadas en la región de EEUU que incluye la Florida son delta.

¿Qué dicen los expertos sobre el futuro?

Aunque los expertos en salud pública aún no saben hasta qué punto esta variante es más transmisible, están de acuerdo en que las personas deben tomar las mismas precauciones que antes y que los floridanos deben aprender del devastador aumento del delta.

“No tenemos que mirar tan lejos para acordarnos de la lección”, dijo Salemi.

Aunque los CDC todavía definen “completamente vacunado” como una persona que ha recibido una dosis de Johnson & Johnson o dos dosis de Pfizer o Moderna, Salemi y muchos otros científicos de todo el país dicen que es hora de que eso cambie.

El miércoles, el mismo día que Pfizer publicó un estudio que decía que tres dosis de su vacuna podían neutralizar la variante ómicron, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo durante una entrevista con CNN que “es cuestión de cuándo, no de si ”, cambiará la definición.

“No creo que nadie pueda argumentar que la protección óptima será con una tercera dosis”, dijo.

Aproximadamente 9.3 millones de floridanos han recibido una dosis de la vacuna Johnson & Johnson o dos dosis de Pfizer o Moderna. Otros 3.4 millones han recibido refuerzos, según el DOH. Un análisis de datos del Herald reveló recientemente que es probable que las cifras de vacunación de Miami-Dade estén sobrestimadas.

Independientemente de lo que traiga ómicron, los expertos dicen que las personas deben seguir los mismos protocolos que se han implementado desde el comienzo de la pandemia, al menos hasta que se sepa más: vacunarse (y recibir un refuerzo si puede), usar una mascarillas y tener las reuniones sociales al aire libre.

“Tengo la esperanza de que ómicron no sea peligroso o que cause una enfermedad grave … pero si lo es, tenemos que prepararnos para eso”, concluyó Salemi.

Lawrence Mower, reportero del Tampa Bay Times, contribuyó a esta información.

Una previa versión de esta nota incorrectamente identificó el título de Jason Salemi. Es profesor asociado de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la University of South Florida.

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