Michael Scherer, quien escribe la nota, recoge declaraciones de Juan Carlos Sánchez, presidente de la organización Voto Hispano de Broward: “Los hispanos sin duda alguna vamos a decidir las elecciones de 2012. Ya no es un sueño. Tenemos presencia, participación y las ganas de trabajar (…) Y es un hecho, cada mes un total de 50,000 hispanos cumplen 18 años en EE.UU y pueden votar”.”En 2008, se comprobó que tenemos la capacidad para decidir una elección, pero necesitamos que la comunidad hispana salga a votar. Y como líderes debemos buscar la forma de incentivar a nuestra gente para que voten”, agregó el dirigente.Por su parte, Rafael López, presidente del grupo político ‘Cuban Americans for a Better Florida’ de Broward, comentó: “Si el hispano sale a votar puede hacer una gran diferencia. Eso estamos buscando y lo vamos a lograr”.
“Debemos unirnos. Los hispanos no podemos darnos el lujo de estar separados por influencias de partidos. Debemos crear conciencia y confianza. El hispano en general no confía en los procesos políticos de sus respectivos países. Nuestra misión aquí es educarlos en el sistema y hacerlos creer en el mismo y tener confianza en el proceso de EE.UU”, agregó.
En su nota, Scherer recuerda que “durante buena parte de las últimas dos décadas, los científicos sociales han predicho que un boom de la población latina transformaría la política nacional”.
“Los latinos ahora representan más de la mitad del crecimiento de la población de EEUU y uno de cada cuatro recién nacidos en el país. Son casi el 16 por ciento del país hoy en día y serán 30 por ciento en 2050”, precisa.
Para estas elecciones de 2012, más de 21.7 millones de hispanos podrán participar en los comicios, el número más alto de la historia y un aumento en más de dos millones desde 2008.
Ninguno de esos números, sin embargo, ayudarían a cambiar el rumbo político del país si el latino no se anima a ejercer su derecho ciudadano.
“Creo que los hispanos si tienen la capacidad para decidir la próxima votación”, señala Alfredo Delgado, presidente del caucus hispano demócrata de Broward. “Y se nota en la atención que ambos partidos están prestando a esta comunidad actualmente”.
Por otra parte la revista destacó que en las últimas dos décadas científicos sociales han proyectado que el crecimiento de la población hispana algún día transformaría la política estadunidense.
Subrayó que los hispanos conforman el 16 por ciento de la población total, y en 2050 constituirán el 30 por ciento.
Time advirtió que si los aspirantes republicanos a la presidencia “no cambian su tono y dirección”, al referirse a los temas que importan a los latinos, serían afortunados si apenas se aproximaran el 44 por ciento de voto hispano que alcanzó el ex presidente George W. Bush en 2004.
En tanto, la revista indicó que los operativos de la campaña de Obama creen que “el voto latino será decisivo en 2012”.
Recordó que en todas las elecciones presidenciales desde 1992, los republicanos han ganado un mínimo de un cuarto del voto hispano y los demócratas al menos la mitad, y en la mayoría de esos años el objetivo de las campañas ha sido obtener el apoyo del restante 25 por ciento.
Agregó que si Obama gana la vasta mayoría del voto latino, eso lo colocaría a la cabeza en estados donde la lucha es cerrada, como Colorado, Nevada, Florida y Arizona, y potencialmente le entregaría la victoria en el colegio electoral, aún si perdiera otros estados con tendencia republicana, como Indiana, Ohio y Wisconsin.
“Los republicanos, en contraste, se han dedicado a hacer todo lo que está en su poder para alienar esos votantes, concentrándose en atraer el ala más antiinmigrante de su partido”, subrayó.
El artículo advirtió que la primera regla para ganar el voto latino es saber que sólo es en nombre, un voto en bloque, compartiendo el mismo lenguaje que une nacionalidades, historias familiares y alianzas geográficas, “pero eso es todo”, afirmó.
Puntualizó que es más probable que un mexicano recientemente naturalizado en Los Ángeles vote por el Partido Demócrata, que un inmigrante de cuarta generación de Nuevo México.
Sin embargo, señaló que ese hispano tiene más posibilidades de ser aún más liberal que un cubano-estadunidense, cuya hija de 23 años muy probablemente votó por Obama en 2008.