23 de diciembre de 2024 9:03 AM

David Rivera condecoró a venezolanos en El Capitolio Federal Americano

Reseñar un acontecimiento en el cual el Capitolio Federal de los Estados Unidos hace un reconocimiento a un importante grupo de destacadas personalidades latinoamericanas pareciera a simple vista un cumplido, pero hacerlo con la creciente comunidad venezolana en este país,  tiene una significación especial en esta momento y a esta hora.

Entre las muchas razones  figura el hecho de la muy destacada actividad de la colonia venezolana en Estados Unidos donde ha sabido sobrevivir y destacarse.

Para nadie es un secreto que desde que llegó Hugo Chávez al poder, la diáspora venezolana se ha extendido por el mundo, pero ha sido Estados Unidos el país que más los ha acogido. De acuerdo a los últimos reportes, aquí vive más del 50% de la inmigración venezolana, el restante 50% se ha dispersado entre Europa, Asia, Centro y Sudamérica.

A Estados Unidos el venezolano ha llegado con sus naturales características de emprendedor. La lamentable fuga de talentos y capital financiero –el primero desde luego es el más relevante–  se ha hecho sentir en este país.

Puede decirse sin ningún tipo de dudas que el venezolano ha venido a Estados Unidos más a sumar que a restar. Y las pruebas son evidentes.

La obligante necesidad de buscar futuro en otro país ha generado una presencia activa, obligándolos a compartir junto a los cubanos el calificativo de “exiliados”.

Hoy en el Sur de la Florida no solo se habla del exilio cubano, ahora también es una realidad, el exilio venezolano.

Sin entrar a considerar ni analizar la situación política de Venezuela, ni haciendo juicios de valor del gobierno de Chávez, la actual coyuntura ha obligado a la pujante inmigración venezolana a desarrollar todo su potencial en el extranjero.

Antes de que se expusieran las directrices políticas de la opositora Unidad Democrática en Venezuela ya se había estructurado en Estados Unidos  – y con mayor énfasis en el Sur de la Florida—un grupo opositor y una vocería vigorosa de rechazo al gobierno de Hugo Chávez.

Ello se hizo gracias al aporte de la mayoría de los exiliados que encontraron un punto de coincidencia fuera de su patria, pero también se debió a las individuales de expertos políticos con posiciones relevantes en el pasado que se atrevieron a sentar las bases y comenzar a hacer lobby en el nada fácil entorno de la sociedad americana.

Sin embargo toda regla tiene su excepción y afortunadamente los lazos de la comunidad cubana y venezolana siempre han sido excelentes y de nuevo han quedado demostrados.

Por encima de las coincidencias políticas del momento, Cuba y Venezuela son, robándole las palabras  a la poetisa Lola Rodríguez de Tió, y a los hermanos boricuas, de un “pájaro las dos alas”.

De manera que por virtud de la benevolencia, generosidad y hermandad de conspicuos líderes cubano-americanos, los venezolanos han comenzado a organizar su propio nicho compartiendo
 las luchas junto, no solo a los cubanos, sino también a otras laboriosas comunidades latinoamericanas con mucho más tradición de inmigrantes,  como lo son los mexicanos, colombianos, hondureños, panameños, argentinos, brasileños.

Con todos, los venezolanos han cohabitado y han construido un anillo de solidaridad.

El reciente gesto de un joven político con brillante porvenir como David Rivera de elevar ante el Capitolio Federal de los Estados Unidos una moción para reconocer la valía y el talento de un grupo de venezolanos que destacados en su país, ahora hacen vida relevante en los Estados Unidos por diversas circunstancias,  marca una profunda huella en el sentimiento de los nacidos en la patria de Bolívar.

Ser inmigrante por razones políticas, de trabajo o de estudios no es fácil, especialmente para los venezolanos que adolecían de esa cultura de dejar la patria en búsqueda de nuevos horizontes.

Todo lo contrario, en el pasado fue Venezuela uno de los países que más abrió sus puertas para que en su tierra hicieran vida sus hermanos colombianos, chilenos, cubanos, peruanos, argentinos, españoles, portugueses e italianos. Unos huyendo de las guerras y la recesión económica, y otros, el más recurrente de los casos de la dictadura y de la opresión.

De manera que hoy,  cuando el capitolio Federal abre sus puertas al talento venezolano, estos abren su corazón rebosantes de felicidad.

Faltaran horas para que se retribuyan ese honor allende los mares. Sobrarán razones para fortalecer esa hermandad con el “exilio cubano”, pero nunca se borrará esa imagen  ya inédita posando alegres frente al imponente Capitolio Federal de los Estados Unidos, disfrutando de una democracia que no es la de ellos, pero que aspiran pronto recuperar.

El noble gesto de Rivera, que contó con el siempre consecuente apoyo de Ileana Ros-Lethinen y de otros importantes líderes hispanos, es parte ya de la memoria permanente de estos venezolanos agradecidos.

Fueron horas y momentos extremadamente gratos los de Washington, precisamente en un día tan importante para los venezolanos como lo fue el inicio de la gesta independista de ese país sudamericano. Desconocemos si la coincidencia es casual. Solo el tiempo lo dirá.

Como testimonio del agradable momento vivido por los venezolanos, quedan las gráficas del ya histórico periplo en la casa de las leyes de este país. www.surflorida.com, celebra por eso y les reitera a los homenajeados sus sentimientos de estima y consideración

Los venezolanos honrados por el Capitolio Federal fueron: el ex diputado Pedro Mena, el historiador Alexis Ortiz, el Maestro Eduardo Marturet, los médicos Leonardo Henríquez y Jesús Gómez, el científico José Sparza, los grandes ligas Omar Vizquel, Luis Salazar y David Concepción, el diseñador Nicolás Felizola, los empresarios Hilda Ochoa Brillembourg,  Adriana Cisneros y Lorenzo D’Stefano, los comunicadores Julio Cesar Camacho, Carlos Herradez y Paul Steifer, la filósofo Beatriz Olavarría, las internacionalistas Lourdes Ubieta y Vilma Petrash, el concejal de Doral, Luigi Boria, el productor de novelas,  Don Arquímedes Rivero y  la actríz Lupita Ferrer. (JC)

David Rivera junto a su novia Lourdes Ubieta y un grupo de venezolanos

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