El cura James Altman dice ser “un sacerdote humilde” al servicio de una ciudad obrera en el oeste de Wisconsin, pero cuando su obispo le exigió que renunciara, después de que el sacerdote católico hiciera una serie de comentarios polémicos sobre política y la pandemia, Altman se negó a obedecer. Desde entonces ha recaudado más de 640.000 dólares de sus partidarios conservadores para defenderse mejor.
SurFlorida – AP
Altman, a cargo de la parroquia de Santiago el Menor en La Crosse, Wisconsin, destacó por primera vez con un ardiente video en YouTube antes de las elecciones de 2020. “No se puede ser católico y ser demócrata”, dijo Altman, exhortando a la gente a “arrepentirse de su apoyo a ese partido y su plataforma o enfrentarse al fuego del infierno”.
Reiteró esas opiniones recientemente y también criticó los esfuerzos de vacunación y las restricciones a las reuniones de los fieles, relacionadas con la pandemia de COVID-19.
El 23 de mayo, Altman anunció durante una homilía que el obispo de la diócesis de La Crosse, William Patrick Callahan, había pedido su renuncia.
“Quieren mi cabeza ahora por decir esa verdad”, dijo Altman a su congregación. “Yo, un sacerdote humilde, aparentemente he creado enemigos entre algunas de las jerarquías”.
La diócesis emitió un comunicado al día siguiente confirmando la solicitud de Callahan y la negativa de Altman a retirarse. Dijo que comenzaría el proceso para destituirlo de acuerdo con la ley católica.
Altman, sin embargo, dijo que se defendería, pero que necesitaba dinero para contratar abogados. Sus partidarios en todo Estados Unidos respondieron rápidamente.
LifeFunder, un sitio de financiación colectiva para católicos conservadores, se propuso recaudar 100.000 dólares para Altman. El jueves había recaudado más de 322.000 dólares. GiveSendGo, otro sitio cristiano de financiación colectiva, ha recaudado más de 326.000 dólares para su causa.
“Como todos sabemos, el padre Altman ha sido objeto de una persecución diabólica sólo por hacer su trabajo como pastor de su rebaño”, dice un mensaje en GiveSendGo.
No es algo sin precedentes, pero la negativa de un sacerdote a acatar el llamado de su obispo a renunciar es ciertamente poco común. El caso de Altman, que ha atraído la atención nacional y lo ha convertido en una especie de celebridad entre los católicos conservadores, ha alimentado aún más la división entre ellos y quienes piden una Iglesia más progresista e inclusiva.
Altman no respondió a un mensaje que The Associated Press dejó en la oficina de la iglesia. Los videos publicados por LifeFunder lo muestran criticando a la jerarquía católica, llamando “cobardes” y “generación de víboras” a los obispos que no lo apoyan, y etiquetando a la centroizquierda como “nazis fascistas de izquierda”.
En cuanto a la recaudación de fondos, dijo: “Nunca me considero alguien grande, pero lo que esto sí me dice es que la gente está diciendo que necesita escuchar la verdad”.
Por el contrario, el grupo Faithful America, que se describe a sí mismo como una comunidad en línea de cristianos, promueve una solicitud que pide que Altman sea retirado del ministerio debido a sus comentarios sobre la pandemia.
“El padre Altman está poniendo en peligro no sólo a sus propios feligreses, sino a todos los trabajadores esenciales con los que se reúne, y él debería ser destituido… antes de que pueda arriesgar una vida más”, dice la solicitud.