Cuba permitirá a los agricultores, comerciantes privados y procesadores de alimentos participar en el comercio mayorista y minorista directo siempre que estos cumplan con los contratos gubernamentales, informaron el viernes medios estatales.
Sur Florida / Reuters
Las nuevas medidas eliminan el monopolio estatal sobre la distribución y venta de productos, y forman parte de uno de los cambios de política en el sector aprobados por el Consejo de Ministros en medio de una creciente crisis alimentaria del país.
El gobierno también flexibilizará algunos controles de precios y delegará otros a discreción de los funcionarios locales. El Partido Comunista adoptó reformas similares orientadas al mercado hace una década, tras una larga discusión popular, y después las revirtió en 2016 sin mucha explicación.
Expertos extranjeros y locales esperan que el crecimiento económico de Cuba disminuya alrededor de un 8% este año y el comercio, un 30%.
Las duras sanciones estadounidenses contra Cuba provocaron una caída dramática en las importaciones de combustible, fertilizantes y otros insumos agrícolas en 2019, mientras la pandemia ha reducido aún más las ganancias de divisas necesarias para importar alimentos e insumos de producción.
La isla caribeña importa más del 60% de los alimentos que consume y una gran cantidad de insumos agrícolas como combustible, maquinaria, fertilizantes, pesticidas y piensos.
La producción se ha estancado en los últimos años y disminuyó drásticamente en 2020, aunque el gobierno aún no ha publicado ningún dato este año sobre el asunto.
“El país necesita para garantizar las 30 libras per cápita por habitante mensual, unas 154.000 toneladas de productos agrícolas, ya sean viandas, hortalizas y frutas”, dijo el jueves por la noche en televisión el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, al anunciar las medidas.
“Este mes el balance de productos es de 100.000 toneladas”, dijo. Los mercados de productos agrícolas a menudo están mal abastecidos y cuentan con largas filas, al igual que los supermercados y otros puntos de venta de alimentos.
“Las viandas alcanzaron un tope de 2,8 millones de toneladas en 2016 y 2017, sobre todo a cuenta del plátano, y luego empezaron a decrecer”, dijo recientemente el comentarista cubano Ariel Terrero en uno de sus programas de televisión semanales.
“Y las hortalizas se estancaron en el máximo de 2 millones y medio que se cosechó hace 6 años”, señaló.