Sur Florida / eldiariony
Derivado del alarmante incremento en los casos de prediabetes y diabetes en Estados Unidos, cada día son más las personas que se muestran interesadas en realizar ajustes en su estilo de vida que les permitan tener un mejor control del nivel de azúcar en sangre. Con base en ello mucho se ha hablado sobre las mejores y peores alternativas de alimentos y bebidas cotidianas, por supuesto el café es una ha sufrido numerosos cuestionamientos. El adulto estadounidense promedio bebe alrededor de dos tazas de café de 8 onzas (240 mililitros) al día, que pueden contener alrededor de 280 miligramos de cafeína. De acuerdo con los expertos, para la mayoría de los adultos jóvenes y sanos: la cafeína no parece afectar notablemente los niveles de azúcar en sangre (glucosa) y parece seguro consumir hasta 400 miligramos al día. De hecho, algunos estudios sugieren que beber café (ya sea con cafeína o descafeinado) en realidad puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, han surgido otras referencias científicas que hablan sobre los efectos específicos de la cafeína en personas con diabetes, con base en ello nos dimos a la tarea de investigar los escenarios posibles.
Sin embargo, de manera particular en los casos de personas que ya tienen diabetes, el impacto de la cafeína en la acción de la insulina puede estar asociado con niveles más altos o más bajos de azúcar en sangre. Para algunas personas con diabetes, alrededor de 200 miligramos de cafeína, o el equivalente de una a dos tazas de café puro elaborado de 8 onzas (240 mililitros), pueden causar este efecto. Lo primero que es necesario entender: la cafeína afecta a cada persona de manera diferente. Por lo tanto las personas que luchan por controlar los niveles de azúcar en sangre, deberán de apostar por limitar la cantidad de cafeína en la dieta. Es una medida que se asocia con grandes beneficios en el control de la diabetes.
¿Cómo afecta la cafeína la glucosa en sangre?
Existe un factor que muchos de nosotros no consideramos y es que la mayoría de los estadounidenses consumen cafeína todos los días, no solo a través del café. La realidad es que existen numerosos productos que la contienen como es el caso de cafés y tés preparados, refrescos, bebidas energéticas y chocolates. Si bien a modo general para la mayoría de las personas suele ser un estímulo inofensivo, existen varios puntos a considerar. El primero es que un alto consumo de bebidas procesadas que suelen ser endulzadas artificialmente, es uno de los más grandes enemigos de la salud y en el control de la diabetes. Es bien sabido, que en las personas con diabetes tipo 2, la cafeína puede dificultar el control de los niveles de azúcar en sangre.
Un creciente cuerpo de investigación sugiere que las personas con diabetes tipo 2 reaccionan a la cafeína de manera diferente. De manera específica se ha llegado a la conclusión que en cantidades excedidas: puede elevar los niveles de insulina y azúcar en sangre para quienes padecen la enfermedad.
Se cuenta con un estudio interesante al respecto, que se basó en observar a personas con diabetes tipo 2 que tomaban una pastilla de cafeína de 250 miligramos en el desayuno y otra a la hora del almuerzo. Eso es aproximadamente la misma cantidad que beber dos tazas de café con cada comida. El resultado: su nivel de azúcar en sangre era un 8% más alto que en los días en que no consumían cafeína. Su lectura también aumentó más después de cada comida. Esto se debe a que la cafeína puede afectar la forma en que el cuerpo responde a la insulina, la hormona que permite que el azúcar ingrese a sus células y se convierta en energía.
Otro de los hallazgos es que la cafeína puede reducir la sensibilidad a la insulina. Esto significa que las células no reaccionan a la hormona tanto como antes, no absorben tanta azúcar de la sangre después de comer o beber. Esto hace que el cuerpo produzca más insulina, por lo que se presentan niveles más altos después de las comidas. Cuando se padece diabetes tipo 2, el organismo deja de utilizar bien la insulina. Por lo tanto, después de las comidas el nivel de azúcar en sangre aumenta más de lo normal y la cafeína puede dificultar su reducción a un punto saludable. Esto puede provocar niveles demasiado altos de azúcar en sangre. Con el tiempo, esto puede aumentar la probabilidad de complicaciones de la diabetes, como daño a los nervios o enfermedad cardíaca.
¿Por qué la cafeína tiene este efecto?
Los científicos todavía están aprendiendo más cómo la cafeína afecta los niveles de insulina y azúcar en sangre. Sin embargo, lo que se ha descubierto hasta el momento indica que podría funcionar de la siguiente manera:
– La cafeína aumenta los niveles de ciertas hormonas del estrés, como la epinefrina (también llamada adrenalina). La epinefrina puede evitar que las células procesen tanta azúcar. También puede evitar que el cuerpo produzca tanta insulina.
– Bloquea una proteína llamada adenosina. Esta molécula juega un papel importante en la cantidad de insulina que produce el cuerpo. También controla cómo responden las células. La cafeína mantiene la adenosina, que juega un papel importante en la cantidad de insulina que produce su cuerpo. Es por ello que afecta la calidad del sueño. Si bien la cafeína es popular por sus efectos estimulantes y para mantenernos despiertos, en exceso puede provocar alteraciones o trastornos del sueño que también puede reducir su sensibilidad a la insulina.
¿Cuánta cafeína es demasiada?
Solo se necesitan alrededor de 200 miligramos de cafeína para afectar el nivel de azúcar en la sangre. Esa es la cantidad aproximada en: una o dos tazas de café preparado o tres o cuatro tazas de té negro. Además, recordemos que la sensibilidad a la cafeína varía entre cada persona y en general es normal que se presenten diferentes reacciones. La respuesta a la cafeína depende de factores como la edad y el peso corporal. La cantidad de cafeína que se consume habitualmente también puede influir. Las personas con diabetes que beben café habitualmente no tienen niveles más altos de azúcar en sangre que las que no lo son. Algunos expertos creen que el cuerpo se acostumbra a determinada cantidad de cafeína con el tiempo.
Así que ya lo sabes, si estás interesado en cuidar los niveles de azúcar en sangre es importante ser cauteloso con la ingesta de café y todo tipo de productos procesados que brillen por su contenido en cafeína. Cuando disfrutes del café apuesta por beberlo negro y sin ningún tipo de crema, endulcorante o azúcar, de está forma también estarás cuidado el peso corporal. Por el contrario, complementa con bebidas naturales que se destaquen por sus propiedades medicinales y que además aporten antioxidantes y beneficios hidratantes.
