Texas puede continuar con la prohibición de la mayoría de los abortos después de que una corte federal de apelaciones rechazó el intento más reciente del gobierno del presidente Joe Biden por revertir una nueva ley que se ha convertido en la mayor restricción a la interrupción del embarazo en Estados Unidos en casi medio siglo.
SurFlorida / AP
El fallo del jueves pone a la ley de Texas un paso más cerca de regresar a la Corte Suprema federal, que ya permitió en una ocasión que las restricciones se implementaran sin emitir un fallo en torno a su constitucionalidad. La ley de Texas prohíbe los abortos una vez que se detecte actividad cardíaca en el embrión, lo cual sucede aproximadamente a las seis semanas de gestación, antes de que algunas mujeres sepan que están embarazadas. La ley no hace excepciones en casos de violación o incesto.
Desde que la ley entró en vigor en septiembre, mujeres de Texas han acudido a clínicas de abortos en estados vecinos, algunas de ellas conduciendo horas durante la noche. En esos recorridos también ha habido pacientes de incluso 12 años.
“Esperamos que el Departamento de Justicia apele urgentemente esta orden ante la Corte Suprema para restablecer la capacidad de los texanos de obtener atención para abortar después de seis semanas de embarazo”, dijo Brigitte Amiri, subdirectora del Proyecto de Libertad Reproductiva de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
El Departamento de Justicia no hizo declaraciones tras la decisión y un portavoz no quiso efectuar comentarios el jueves por la noche.
En una decisión de 2-1, un panel de tres jueces de la Corte Federal de Apelaciones del 5to. Circuito concedió la solicitud de Texas de mantener la ley en vigor mientras el caso procede en las cortes. Es la tercera vez desde octubre que el tribunal de apelaciones, de mayoría conservadora, ha fallado a favor de Texas, permitiendo que las restricciones permanezcan vigentes.
El panel afirmó que agilizaría la apelación y programaría argumentaciones orales, pero no afirmó cuándo.
La Secretaría de Justicia de Texas calificó la decisión como un “testimonio de que estamos en el lado correcto de la ley y de la vida”.
“La batalla no ha terminado”, dijo Kimberlyn Schwartz, portavoz de Texas Right to Life, el mayor grupo estatal opuesto al aborto. “Prevemos que el gobierno de Biden apele a la Corte Suprema federal y tenemos confianza de que a la larga Texas derrotará estos ataques a nuestras gestiones por salvar vidas”, agregó.
La decisión representa otro revés para el Departamento de Justicia y los proveedores de servicios de aborto del estado en sus intentos por frenar la ley, la cual ha prevalecido hasta el momento debido a una estructura única que le delega a los ciudadanos privados la vigilancia de su cumplimiento. Cualquier persona que presente una demanda exitosa contra un proveedor de servicios de aborto por violar la medida tiene derecho a cobrar al menos 10.000 dólares en compensación, lo que el gobierno de Biden asegura equivale a pagar recompensas.
A pesar de las diversas impugnaciones jurídicas, antes y después de que la ley entrara en vigor el 1 de septiembre, sólo en una ocasión la corte ha fallado en favor de suspender la medida y dicha orden sólo duró 48 horas.
Durante ese breve periodo, algunas clínicas de Texas se apresuraron a realizar abortos en pacientes con más de seis semanas de gestación, pero se cancelaron muchas citas después de que el tribunal del 5to circuito actuó rápidamente para restablecer la ley la semana pasada.
Texas tenía aproximadamente una veintena de clínicas de aborto antes de que la ley entrara en vigencia, y sus operadores han dicho que algunas podrían verse obligadas a cerrar si las restricciones permanecen vigentes por mucho más tiempo.
Ya hay mucho en juego en los próximos meses sobre el futuro de los derechos al aborto en Estados Unidos. La nueva mayoría conservadora en la Corte Suprema escuchará en diciembre un intento de Mississippi de revocar la histórica decisión Roe v. Wade que garantiza el derecho de la mujer al aborto.