La Vigesimoquinta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos prevé que el presidente ceda temporalmente el mando del país a su ‘número dos’ en caso de estar incapacitado para seguir ejerciendo las funciones, una hipótesis que no se plantea desde 2007 pero que vuelve a estar de actualidad tras confirmarse el contagio de coronavirus de Donald Trump.
Sur Florida/El Nuevo Herald
La citada enmienda, con la que la Constitución se actualizó tras el asesinato de John F. Kennedy, estipula en su sección III que el presidente puede reflejar por escrito que, por las circunstancias que sean, es “incapaz” de desarrollar las funciones propias del cargo. El vicepresidente –en este caso Mike Pence– asumiría entonces el poder hasta que el presidente presentase un nuevo escrito revertiendo la medida.
El último presidente en invocar dicha opción fue George W. Bush, en dos ocasiones. En 2002, cedió el testigo a Dick Cheney durante poco más de dos horas para someterse a una colonoscopia, un escenario que se repitió de nuevo cinco años más tarde con circunstancias y tiempos similares.
Trump se ha limitado por ahora a decir que guardará cuarentena tras el diagnóstico, pero ni él ni su médico han aclarado si presenta síntomas de una enfermedad que ya ha matado en Estados Unidos a más de 207,000 personas. Los mensajes oficiales por ahora dejan claro que Trump quiere seguir trabajando, aunque haya cancelado sus actos públicos.
El potencial sucesor de Trump, Mike Pence, coincidió con el presidente por última vez en público el lunes, durante una reunión en la Casa Blanca. El Gobierno norteamericano no ha dado información por ahora sobre una posible prueba al vicepresidente, que no asistió al debate del martes con el aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden.