Los austriacos saborearon un último vino especiado en los mercados navideños antes de que bajara la cortina durante la temporada festiva que recién empieza, hundiendo el lunes al país que le dio al mundo la canción “Noche de paz” en su cuarta cuarentena en lo que va de la pandemia.
Sur florida / AP
Viena, la capital, despertó aturdida por las nuevas restricciones, cuando las personas se dirigieron al trabajo, llevaron los niños a la escuela o hicieron ejercicio al exterior, más o menos como de costumbre.
Ahora no fue un confinamiento riguroso como al inicio de la pandemia en 2020, cuando la movilidad era estrictamente monitoreada y desalentada. Patrullas circulaban para cumplir con las promesas del gobierno de intensificar el control, pero no se hacían inspecciones sorpresivas.
“Estoy particularmente molesto por la cuarentena”, dijo Georg Huber, un abogado que iba camino a la oficina. “Se pudo haber hecho más investigación, no sé, ¿en el verano? Se pudo haber implementado una vacunación obligatoria en el verano, cuando resultó que no bastaba para que las personas se vacunaran sin coerción. Creo que el gobierno se quedó dormido”.
Austria tiene una de las tasas de vacunación más bajas en Europa occidental, con aproximadamente 66% de los 8,9 millones de habitantes vacunados. Una minoría expresa su rechazo a ser inoculada.
El gobierno anunció el viernes el confinamiento nacional, cuando el promedio diario de muertes se triplicó en semanas recientes y los hospitales en estados muy afectados advirtieron que las unidades de cuidado intensivo alcanzaban su cupo límite.
Las restricciones renovadas estarán vigentes al menos 10 días, pero es probable que se extiendan otros 10, después de lo cual el gobierno indicó que tiene planes de apertura para que los austriacos puedan celebrar Navidad con normalidad. Sin embargo, las restricciones permanecerán para quienes no están vacunados.
A partir del lunes, las personas pueden salir de sus casas sólo por motivos específicos, como comprar víveres, ir al médico o hacer ejercicio. Las escuelas preescolares y primarias seguirán abiertas para quienes las necesitan, pero se pidió a los padres que, de ser posible, mantuvieran a los niños en casa.
El ministro de Salud, Wolfgang Mueckstein, dijo que la cuarentena era necesaria para reducir el número de infecciones nuevas diarias, que ha alcanzado hasta 15.000 al día, y para reducir la cantidad de pacientes con COVID-19 en cuidados intensivos, actualmente de 531. Pero en general, agregó, era necesario para aliviar “a las personas que trabajan en este sector, los enfermeros y médicos que no pueden más”.