Los republicanos en el Senado de Estados Unidos obstaculizaron la creación de un panel bipartidista que investigara el mortífero asalto del 6 de enero contra el Capitolio, demostrando su continua lealtad partidista al expresidente Donald Trump y su firme determinación de alejar el foco político de la violenta revuelta protagonizada por sus partidarios.
Sur Florida / AP
El viernes, el Senado votó por 54-35, seis menos de los 60 necesarios para aceptar un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes que hubiera formado una comisión independiente de 10 miembros dividida equitativamente entre los dos partidos. La votación se produjo un día después de los emotivos llamamientos a favor de crear la comisión por parte de la policía que luchó contra la turba, la familia de un agente que murió y los legisladores de ambos partidos que huyeron de las cámaras del Capitolio en el peor ataque contra el recinto en dos siglos.
La mayoría de los republicanos se mostraron unidos, pero no totalmente: seis votaron junto con los demócratas a favor del proyecto y 11 senadores faltaron a la sesión, algunos con el argumento de que tenían problemas de horario. Los 11 senadores faltantes —nueve republicanos y dos demócratas— representaron un número inusualmente alto de ausentes para una de las votaciones de perfil más alto del año. Al menos uno de los republicanos faltantes habría votado a favor de considerar la comisión, según su oficina.
La votación significa que las preguntas acerca de la responsabilidad del asalto seguirán siendo filtradas a través de los lentes partidarios, en comisiones del Congreso, en lugar de tener las respuestas de un panel independiente según el modelo de la comisión que investigó los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
“Las investigaciones se llevarán a cabo con o sin los republicanos”, declaró el senador de Luisiana Bill Cassidy, uno de los pocos republicanos que votó a favor de la iniciativa. “Para garantizar que las investigaciones sean justas, imparciales y centradas en los hechos, los republicanos deben participar”, agregó.
La votación fue en parte un intento republicano de tranquilizar a Trump o evitar sus represalias. El exmandatario mantiene un control firme sobre el partido desde su derrota ante el demócrata Joe Biden. Antes del asedio al Capitolio, el expresidente le dijo a sus partidarios “luchen como demonios” para revertir su derrota en las urnas. Trump continúa sosteniendo falsamente que ganó las elecciones, afirmaciones que corearon sus partidarios cuando irrumpieron en el edificio del Congreso. Trump calificó el proyecto para crear la comisión como una “trampa demócrata”.
La votación del viernes —el primer uso exitoso de “filibusterismo”, una maniobra obstruccionista en el Senado, durante la presidencia de Biden— refleja la profunda desconfianza que reina en el Congreso desde el asedio, especialmente entre los republicanos, pues algunos han minimizado la violencia y han defendido a los insurrectos.
El líder del bloque demócrata, Chuck Schumer, dijo después de la votación que sus colegas republicanos “tratan de barrer los horrores de esa jornada bajo la alfombra” por lealtad a Trump. Schumer dejó abierta la posibilidad de una nueva votación en el futuro y aseguró que “los sucesos del 6 de enero serán investigados”.
El líder del bloque de senadores republicanos, Mitch McConnell, en principio dijo que aceptaba la idea de la comisión, pero más recientemente opinó que la investigación sería tendenciosa, a pesar de que el panel estaría integrado por igual número de miembros de los dos partidos.
Entre los republicanos que votaron a favor de crear la comisión estuvo Lisa Murkowski, de Alaska. Murkowski dijo el jueves por la noche que necesitaba saber más sobre lo que sucedió antes y el día del ataque, y por qué.
“La verdad es algo difícil, pero tenemos una responsabilidad al respecto”, dijo. “No podemos fingir que no pasó nada malo, o que la gente se puso demasiado nerviosa. Algo malo pasó y es importante explicarlo”.