Distintas en su estética, más potentes y silenciosas, pero muchas ideas compartidas. Esta es la premisa básica de las PlayStation 5 y Xbox Series X. La llegada de la nueva generación de consolas de sobremesa es un acontecimiento importante. No sucede todos los días. Solo cada siete u ocho años, por lo que es el momento para comprobar la evolución de la tecnología. Ambos modelos presentan en pantalla los juegos en calidad 4K de manera nativa, logrando con ello mostrar gráficos de manera más realista, pero se aprecia un enorme salto en procesamiento, velocidad y sistemas de refrigeración en comparación con sus predecesoras. La gran pregunta es: ¿cuál interesa más comprar? ¿Cuál es la que mejor se adapta a las necesidades del consumidor?.
Sur Florida/ABC
Diseño totalmente distinto
Lo primero que hay que hablar es del diseño. No tienen nada que ver. Absolutamente nada que ver. Se parecen en lo que un huevo a una castaña. Por supuesto, siempre se ha dicho que para gustos los colores. La Xbox Series X es una torre esbelta y firme en forma de caja negra muy simétrica. Se puede colocar tanto en vertical como en horizontal, pero si se ubica con el ventilador mirando hacia el cielo tiene un empaque más elegante y minimalista. Ahí se aprecian unos toques verdes, el color corporativo de Microsoft, empresa desarrolladora de la consola, envueltos en una enorme rejilla.
Por su estética, este equipo puede encajar discretamente en el mobiliario de la habitación. No desentona. Mide 15 x 15 x 30 centímetros, bastante más recogida que la PlayStation 5, cuyo formato es futurista, con unas «alas» despampanantes que destacan entre una combinación de tonos oscuros y blancos. Estas partes se pueden desmontar para una limpieza interna (que esperemos no acumule demasiado polvo). Es bastante más grande que su rival (unos diez centímetros más de alto), que te obligan a buscar una ubicación más generosa en el mueble o mesa del comedor.
Mediante una peana se puede colocar de manera vertical (que es la opción más recomendable para los «tiquismiquis»), una posición que le confiere un aspecto más distinguido y formal. Aquí ya dependerá de las proporciones y tipo de mobiliario de cada vivienda. De peso, en cambio, andan en los mismos niveles: 4,45 kilogramos de peso para la Xbox; 4,5 kilogramos para la PlayStation 5. Así que sí, son pesadas, pero tampoco son productos que se vayan a transportar de un lado a otro constantemente.
Potentes y silenciosas
La nueva hornada de consolas trae, sin duda, un motivo fundamental para prestarles atención: son totalmente silenciosas y rápidas. Dos armas poderosas que comparten el mismo sistema de procesamiento, AMD Ryzen Zen 2, personalizado para cada plataforma, lo que permite a las empresas optimizar los recursos. Pero, al margen de esto, presentan importantes diferencias. Por un lado, la Xbox Series X puede alcanzar velocidades de 3,8 GHz, mientras que la PlayStation 5 se contenta con 3,5 GHz. Rendimiento bastante parejo, sin embargo, aunque en algunos aspectos puede apreciarse mayor velocidad.
Por supuesto, no es la única a nivel técnico. La más importante se encuentra en el apartado gráfico, del que habrá que prestarle más atención en la adaptación de los futuros juegos. ¿Serán capaces las empresas desarrolladoras de desatar todo su potencial? Veremos. Ambas comparten la misma memoria, 16 GB de memoria GDDR6, que le otorga, en combinación con la CPU, un gran rendimiento. En pocos segundos se arrancan para poder empezar a jugar. El mayor contraste se encuentra en los gráficos: la nueva Xbox ofrece una potencia que alcanza 12 Teraflops. Es, por tanto, la consola más potente de todos los tiempos. En cambio, la PlayStation 5 se reduce a 10,3 teraflops.
Otro detalle a tener en cuenta es que ambos dispositivos han dejado atrás los terribles (y ruidosos) discos duros tradicionales para dar el salto a las unidades de estado sólido o SSD. Este paso les ha permitido aumentar la velocidad de escritura y ser tremendamente silenciosas (aprecias que están acercándote a pocos centímetros). Todo estos componentes dan como resultado una notable reducción de los tiempos de carga en los juegos. Iniciar una partida y caer derrotado ya no es tan frustrante. Además, en el caso de la Xbox Series X se ha incorporado una tecnología muy útil llamada «Quick Resume», que permite reanudar las partidas en varios juegos casi de forma inmediata. Es útil y funciona estupendamente. El problema: no todos los títulos son compatibles.
En lo que también están a la misma altura es que ambas son capaces de ofrecer salida de video a calidad 8K compatible con la tecnología HDR y a 4K a 120 fotogramas por segundo. Como es obvio, para extraerle todo el jugo hay que tener un televisor compatible con este tipo de resolución. El resultado es que, en líneas generales, se aprecian detalles más nítidos y claros en algunos de los juegos. Aquí ya dependerá de lo que sean capaces las desarrolladoras, pero es posible que en los próximos años veamos unas propuestas aún más realistas.
Despliegue de conexiones
Ambas consolas coinciden también en que disponen de lectores de Blue-Ray para discos físicos. ¡Tranquilidad que esto todavía no está muerto! Por primera vez, las descargas digitales tienen un papel importante al inicio de la generación. Tanto la PlayStation 5 como la Xbox Series X tienen «hermanos» pequeños que prescinden de esta característica y, en el caso del modelo más accesible de Microsoft (Xbox Series S) incluso tiene un diseño radicalmente distinto y menores capacidades visuales, pero también es una buena opción para los jugadores casuales.
Acerca del despliegue de conectores, ambas cuentan con una conexión USB-A (bajo el estándar tradicional). Hay un matiz importante: la PlayStation 5 trae un conector con una clavija USB-C -el puerto más moderno- para cargar el mando. Permiten también ampliar la memoria, pero la Xbox Series X tiene un slot en la parte trasera para ampliar el almacenamiento externo. No faltan puertos Ethernet para conectar un cable directamente al router doméstico y mejorar la transferencia de internet. Se conectan al televisor por medio de un cable de tipo HDMI, que se incluye en la caja.
Mando revolucionario, mando continuista
Toca hablar de los mandos de control. Son muy diferentes. Microsoft ha sido más conservadora a la hora de diseñar este necesario accesorio. Estéticamente es muy similar a los modelos anteriores. Se han introducido texturas para un mejor agarre de los gatillos, que cuentan ahora con un mejor sistema de vibración.
La cruceta también ha cambiado y recuerda al mando Elite que tantos halagos se ha llevado en la comunidad de jugadores en los últimos años. Los botones superiores, por ejemplo, generan algunas dudas por su ubicación, demasiado alta para manos pequeñas. Ahora tiene un nuevo botón para hacer capturas de pantalla, que es una costumbre que se ha revelado en los últimos años como tendencia en las redes sociales y plataformas como YouTube y Twitch.
En cambio, Sony ha apostado por un cambio radical. Tanto que ha modificado hasta el nombre. Ahora se denomina DualSense. Es más grande y ergonómico, viene texturizado para un mejor agarre. Da tremendas sensaciones. Los gallitos, en esta ocasión, incluyen distintos niveles de resistencia, que a buen seguro se le sacará rendimiento en juegos deportivos. Cuenta con un nuevo sistema háptico muy inmersivo.
Habrá que ver si las empresas desarrolladoras le sacan provecho en futuras propuestas. Lo más probable es que los títulos exclusivos no se olviden de estas características. Tiene un nuevo «touchpad» más sensible y con hendiduras acompañadas de un juego de luces LED. La batería ha aumentado: 1.560 mAh frente a los 1.000 mAh del Dualshock 4. Eso sí, la autonomía es más o menos la misma.
La baza de la retrocompatibilidad
Una de las grandes bazas de la Xbox Series X es su holgada retrocompatibilidad, que alcanza a anteriores generaciones. Esto es fantástico, sobre todo a los jugadores casuales que tienen títulos acumulados o no quieren perderlos. La retrocompatibilidad en la PlayStation 5 es mucho menor y solo alcanza una selección selección de unos pocos títulos de la PlayStation 4, entre ellos, «The Last of us II» o «Ghost of Tsushima».
Otro aspecto diferenciador viene de los servicios de suscripción. En el caso de Microsoft, los usuarios pueden optar por Game Pass, que es casi de obligada elección y más que ahora se incorporan los títulos de EA Play. Mediante una cuota mensual se tiene acceso a un centenar de títulos, muchos de ellos exclusivos, que son de gran calibre. Para aquellos que sean padres y tengan hijos en edad de jugar, es una opción imprescindible.
El catálogo, la punta de lanza
Este es el caballo de batalla. El catálogo de videojuegos es el lugar donde mirar a la hora de decantarse por una u otra. Y, aquí, también estará sometido a los gustos de los consumidores, pero por lo visto, Sony va a contar con más títulos exclusivos entre su debut y las primeras semanas de 2021. Pero hay mucha confusión con las fechas. Por ejemplo, «Spider-Man: Miles Morales», una suerte de spin off del éxito del Hombre Araña en la que se mejoran algunos aspectos de su sistema de combate y se profundiza en la historia del compañero afroamericano de Peter Parker. Recomendable y ágil.
También está previsto el lanzamiento para los próximos meses de «Final Fantasy XVI», que según las primeras imágenes pinta muy bien; o «Howarts: Legacy», una historia inspirada en el universo de Harry Potter. Aunque todavía no hay fecha, la PlayStation 5 va a apostar por un catálogo más diversificado entre propuestas de corte independiente como «Oddworld: Soulstorm» o «Stray», renovaciones de grandes producciones como «Grand Theft Auto V», así como exclusivas como «Gran Turismo 7» o «Horizon Forbidden West» que llegarán para el próximo año lo más probable.
Microsoft todavía no ha dado el campanazo con un juego «vende-consolas», pero sí ha confirmado que llegarán todos los títulos multiplataforma como «Cyberpunk 2077», «Assassin’s Creed: Valhalla», «Resident Evil Village», «Yakuza: Like a Dragon», «Call of Duty: Cold War» o «Dirt 5», así como algunos exclusivos como las sagas de conducción Forza o el título de disparos futurista Halo.