El primer juicio por el escándalo de sobornos para conseguir matrículas en universidades prestigiosas de Estados Unidos comienza esta semana, con el potencial de arrojar luz sobre las tácticas de los investigadores y sobre un reservado proceso de ingreso que muchos dicen favorece a los ricos.
SurFlorida / AP
El proceso de selección de jurados comenzó el miércoles en un tribunal federal en Boston en la causa contra dos padres —el exejecutivo de casino Gamal Abdelaziz y el exejecutivo de Gap Inc. y Staples John Wilson— que están acusados de pagar centenares de miles de dólares para ayudar a que sus hijos ingresaran a la Universidad del Sur de California (USC) presentándolos falsamente como deportistas.
Se espera que la defensa argumente que los padres pensaban que los pagos eran donaciones legítimas y que el trato de la USC hacia sus hijos era algo usual para padres acaudalados.
“La fiscalía parece querer presentar su evidencia unilateral de que la ‘escuela no aprobaba’ otorgar matrícula preferencial por donaciones cuando al mismo tiempo bloquea la evidencia de los acusados de que, de hecho, la escuela aprobada ese arreglo”, escribieron los abogados de los dos ejecutivos en un documento a la corte.
Los fiscales dicen que la defensa simplemente trata de enturbiar las aguas en una causa clara de mentiras y fraude.
Desde marzo de 2019, padres acaudalados se han declarado culpables de pagar sumas cuantiosas para ayudar a sus hijos a ingresar a universidades usando grados o credenciales deportivas falsas. El grupo, que incluye a las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin y el esposo de ésta última, el diseñador de modas Mossimo Giannulli, ha recibido sentencias que van desde libertad condicional hasta nueve meses en prisión.
Ahora, los fiscales enfrentan el reto de convencer a un jurado que dos de los pocos padres que siguen peleando los cargos son culpables.
Abdelaziz está acusado de pagar 300.000 dólares a una entidad caritativa falsa establecida por el líder del esquema —el consultor de matrículas Rick Singer— para que su hija ingresara al a USC como jugadora de baloncesto, aunque ella ni siquiera jugó en el equipo de su secundaria.
Wilson está acusado de pagar 220.000 dólares para que su hijo fuera designado jugador de polo acuático en la USC y 1 millón de dólares para que sus hijas mellizas ingresaran a Harvard y Stanford.