Las autoridades chinas bloquearon el acceso a Clubhouse, una aplicación de redes sociales que permitía a sus usuarios en el país discutir temas delicados, incluyendo Taiwán y el trato a la minoría musulmana del país, con gente en el extranjero.
SurFlorida / Apnews
La medida coloca a Clubhouse entre los miles de ciberstios y apps a los que el gobernante Partido Comunista impide acceder para tratar de controlar lo que la población china ve y lee.
El servicio para los usuarios en el país quedó interrumpido alrededor de las 19:00 horas del lunes en Beijing, según GreatFire.org, una ONG estadounidense que monitorea el filtrado de internet que realiza China y trata de ayudar a los internautas a sortearlo.
El gobierno del presidente Xi Jinping se niega a reconocer la existencia de estos filtros, pero investigadores en el extranjero rastrearon los bloqueos a servidores dentro de China Telecom Ltd., de propiedad estatal y a través de la que debe pasar el tráfico de entrada y salida de internet en el país.
El ejecutivo promueve lo que llama “soberanía de internet”, o el derecho a que los líderes políticos limiten lo que su población ve online.
Clubhouse ofreció temporalmente a sus usuarios en China un foro sin censura para abordar asuntos políticamente sensibles. Al contrario que muchas otras apps de redes sociales, emplea conversaciones orales, lo que permite que residentes en China puedan hablar directamente con otros en Taiwán, la isla autónoma reclamada por Beijing como parte de su territorio, y en otras partes del mundo.
Entre los asuntos discutidos recientemente estaban la región noroccidental de Xinjiang, donde el Partido Comunista ha internado a más de un millón de personas de etnia musulmana.
El servicio requiere que los usuarios sean invitados a entrar y que se identifiquen con su nombre y número de teléfono. Esto provocó advertencias de que los usuarios chinos podrían enfrentar represalias. No estuvo claro si alguien había sido castigado ya por emplear la app.
El partido gobernante bloquea también el acceso a Facebook, Twitter y a otras redes sociales internacionales, así como a miles de cibersitios gestionados por medios de comunicación y activistas en defensa de los derechos humanos, de Tíbet y de la democracia, entre otros.