Carlos Vives pasó los últimos años escarbando los orígenes de la música de su tierra. El resultado: su 14 álbum de estudio, “Cumbiana”, y un documental de 45 minutos acerca de los principios de la cumbia y el vallenato.
Sur Florida / diariolasamericas
El mediometraje, titulado “El mundo perdido de Cumbiana” y estrenado la semana pasada a través del Museo del Grammy, también detalla los esfuerzos para cada una de las 10 canciones en el disco lanzado en mayo y resalta los retos medioambientales que enfrenta el ecosistema del Río Magdalena, el principal río de Colombia.
“Cumbiana es el nombre que encontré para hablar del territorio de la cumbia. Es un territorio de la cultura anfibia de Colombia que une varios ríos, sus valles, sus ciénagas. Es parte de la cultura del Pacífico y especialmente del Caribe”, explicó el astro colombiano desde un estudio en Miami.
El cantante y compositor se sumergió en la cultura anfibia, en la costa norte de Colombia, en busca de los orígenes indígenas de la cumbia. Para su sorpresa, aprendió que muchos de los ritmos y sonidos de este género musical se originaron en las Américas, mucho antes de la llegada de la influencia africana al continente.
“Eso es lo más emocionante porque siempre hemos tenido como pena, vergüenza. Incluso hemos creído que la música prehispánica o lo indígena era triste, era pobre, y resulta que descubres que no, que realmente era muy espiritual, muy alegre”, dijo.
Vives ha fusionado su clásico sonido vallenato con ritmos contemporáneos en colaboraciones con artistas que incluyen al español Alejandro Sanz, el panameño Rubén Blades, el jamaiquino Ziggy Marley y la canadiense Jessie Reyez.
El astro colombiano también celebra el 25 aniversario de una de sus canciones más emblemáticas, “La tierra del olvido”. Lanzada en 1995, sirvió para muchos como una introducción al vallenato, pero con un toque moderno.
Vives explicó que era una época en la que otros artistas colombianos también trataban de apegarse a sus raíces, mientras experimentaban con su propio sonido.
“Ese disco representa un poco ese momento de la historia. Fíjate que es el mismo año que Aterciopelados hace uno de sus clásicos más importantes”, dijo Vives en alusión al emblemático álbum “El Dorado” del dúo colombiano. “Era todo lo que estaba pasando, como reinventarnos en nuestra música. Y entonces se volvió un símbolo de ese momento”.