Canadá levantaba el lunes su prohibición a que los estadounidenses cruzaran la frontera para hacer compras, turismo o visitas, aunque Estados Unidos mantuvo unas restricciones similares a los canadienses. La reapertura formaba parte de un accidentado regreso a la normalidad tras las restricciones a los viajes provocadas por el COVID-19.
Sur Florida / AP
Los ciudadanos y residentes legales en Estados Unidos deben haber completado su vacunación y dar negativo en una prueba de COVID-19 en los tres días previos a cruzar una de las fronteras terrestres más largas y transitadas del mundo. También deben rellenar un detallado formulario antes de cruzar.
Aunque los viajeros tienen que registrarse con antelación, la Agencia canadiense de Servicios de Frontera (CBSA, por sus siglas en inglés) no dijo cuántas personas esperaban para la reapertura. Pero los viajeros deberían contar con que se alargue el tiempo de trámites en la frontera.
“La CBSA no pondrá en peligro la salud y seguridad de los canadienses por el bien de los tiempos de espera en la frontera”, afirmó la vocera de la agencia Rebecca Purdy en un comunicado.
La frontera lleva cerrada a los viajes no esenciales desde marzo de 2020 en un intento de frenar los contagios de coronavirus.
Estados Unidos ha dicho que mantendrá el cierre a los canadienses que hagan viajes no esenciales al menos hasta el 21 de agosto, lo que también se aplica en la frontera con México. Sin embargo, el gobierno de Joe Biden empieza a preparar una reapertura gradual. El principal requisito sería que casi todos los visitantes extranjeros que lleguen a Estados Unidos tendrán que estar vacunados contra el coronavirus.