Si es joven y está hambriento, vaya a Nueva York. Incluso si pesa 25 toneladas y tiene un espiráculo.
Sur Florida / AP
Capitanes de barcos que llevan a la gente a ver ballenas y científicos de la ciudad más poblada de Estados Unidos dicen que han notado un gran aumento en la cantidad de ballenas que se ven en las aguas alrededor de la Gran Manzana. Muchas son ballenas con joroba, jóvenes, que según los expertos son atraídas a Nueva York por la abundancia de los pescados pequeños con los que se alimentan.
Hay varias teorías acerca de por qué súbitamente aparecen ballenas en la ciudad y una de las más aceptadas es la de que hay abundancia de sábalo atlántico, un pez pequeño que deleita a las ballenas. Los ambientalistas creen asimismo que aguas limpias y estrictas medidas de conservación del medio ambiente son otro factor que incide.
Gotham Whale, una organización investigadora de Nueva York, observó unas 500 ballenas en 300 avistamientos en el 2019, según Paul Sieswerda, presidente de esa agrupación sin fines de lucro. En el 2011 hubo tres avistamientos de cinco ballenas. A partir de ese año empezó a aumentar la cantidad de avistamientos.
“De un modo u otro, cada vez más ballenas parecen estar dándose por enteradas de que Nueva York es un buen sitio para cenar”, dijo Sieswerda. “La magnitud de estos aumentos es fenomenal”.
La aparición de tantas ballenas en la ensenada de Nueva York y Nueva Jersey –una entrada del mar en forma de triángulo en la costa atlántica–, atrae turistas que quieren ver y fotografiar a los gigantescos mamíferos marinos. Pero la concentración de ballenas en Nueva York representa un peligro para los animales ya que se aventuran en algunas de las aguas más transitadas del planeta.
Las ballenas incursionan en zonas de mucho tráfico de navíos, señaló Sieswerda. La Administración Nacional Oceánica y de la Atmósfera dijo que en los últimos años ha habido una cantidad “inusual” de ballenas jorobadas muertas entre Maine y la Florida.
Los archivos de la Administración indican que 133 ballenas jorobadas murieron en la costa atlántica desde el 2016. Veintinueve, la cifra más alta de cualquier estado, fallecieron en Nueva York. La mitad de las ballenas muertas mostraban indicios de contacto con los humanos: Choques con barcos o enredos con equipo de pesca.
La presencia de tantas ballenas cerca de Nueva York requiere la intervención de ambientalistas, según Howard Rosenbaum, director del Programa de Gigantes Oceánicos de la Wildlife Conservation Society. Algunas medidas de protección del medio ambiente que limpiaron las aguas pueden haber contribuido a atraer las ballenas a las transitadas costas neoyorquinas y harían falta más medidas para proteger a estos animales.
Es necesaria la colaboración de organizaciones no gubernamentales y de dependencias del gobierno “para minimizar los riesgos de los animales que usan estos hábitats para procurarse comida”, expresó Rosenbaum. Incluidas tal vez nuevas regulaciones para que los animales no sean golpeados por embarcaciones, señaló. Esas regulaciones incluyen una reducción en la velocidad de las embarcaciones en las zonas donde hay ballenas.
Los crecientes avistamientos de ballenas en las costas de Nueva York no son necesariamente un indicio de que la población de ballenas está aumentando, de acuerdo con Danielle Brown, la principal experta en ballenas jorobadas de Gothan Whale y quien está sacando un doctorado en la Universidad de Rutgers.
Indicó que las ballenas de Nueva York son probablemente parte de contingentes de que viven más al norte, en el Golfo de Maine. Y no está claro si se vienen aquí porque su grupo está creciendo.
Brown y otros científicos dicen que la presencia de ballenas puede tomar por sorpresa a los navegantes de Nueva York y aumentar el peligro de que golpeen a los animales o se produzcan otros percances. Añadió que unas aguas cada vez más limpias y una creciente diversidad de peces de los que se alimentan puede hacer que las ballenas permanezcan en la zona de Nueva York por mucho tiempo.
“Esto seguramente va a seguir así y hay que buscar la forma de coexistir con estos grandes animales en nuestras aguas”, manifestó Brown.