La pandemia del coronavirus COVID-19 ha generado muchos cambios y el deporte no ha escapado de ello, pero ¿son medidas drástica la que toman en Australia? El primer Grand Slam del año contará con altas medidas de seguridad para los atletas, con la finalidad de que no escapen de la burbuja de Melbourne.
Sur Florida/Diario Las Américas
Según detalla el periódico australiano The Age, por protocolo de bioseguridad ante el COVID-19, los jugadores tendrán que quedarse aislados en los hoteles y solo se les permitiría salir 5 horas al día para que se entrenen.
Al llegar a Australia, los jugadores deberán cumplir una cuarentena de 14 días antes de jugar un evento previo al Abierto, que comienza el próximo 8 de febrero.
Para evitar que los tenistas incumplan las medidas, las autoridades locales ha dispuesto de 1.100 efectivos de la policía y pondrían alarmas en los hoteles.
Los tenistas que se salten cualquiera de los protocolos serán excluidos del torneo, deportados y tendrán que hacer frente a una multa de 20.000 dólares australianos (15.444,70 dólares americanos).
Estadounidense John Isner decide no jugar en Australia
Esta semana se espera que al menos más de 1.000 personas relacionadas con el tenis lleguen a Australia desde todos lados del mundo, pero las medidas ya hicieron que el estadounidense John Isner decidiera no participar en el primer Grand Slam del año.
Isner, que ha jugado 12 de los últimos 13 años en el Melbourne Park, tuvo su mejor clasificación en el Abierto de Australia, en las ediciones del 2010 y 2016 cuando alcanzó la cuarta ronda