Resulta muy complicado encontrar un evento tecnológico anual que despierte, aunque sea, un interés cercano a las Keynote de Apple. Año tras año, los amantes de la firma de la manzana plantan la nariz frente a la pantalla para ver cuál será la siguiente apuesta de Cupertino en telefonía. Y eso, aunque lo intente, no lo cambia ni una pandemia. El próximo martes 13 de octubre, a las 19.00 horas en la Península y las 18.00 horas en Canarias, Tim Cook, el primer ejecutivo de la tecnológica, mostrará al mundo la decimoquinta generación del buque insignia de la firma: el iPhone 12. Un dispositivo que, sobre el papel, promete encontrarse entre los más especiales en la historia de la marca. Y es que, si se cumplen las filtraciones, será el primer «smartphone» de la empresa con 5G, además del que contará con más modelos diferentes. En concreto, cuatro.
Sur Florida/ABC
Steve Jobs presentó el primer iPhone en enero de 2007. Por entonces, Apple ya llevaba más de dos décadas destacando por su persistente apuesta por la innovación y el diseño. En 1984 lanzó el ordenador Macintosh. En 2001 le llegó el turno al iPod. Solo era cuestión de tiempo que la compañía californiana se atreviese a meter mano en el negocio de una telefonía móvil que, en ese momento, ya estaba plenamente asentada en el mercado. Pero a la que le quedaba mucho camino por recorrer a nivel tecnológico.
«Los teléfonos más avanzados se llaman teléfonos inteligentes, o eso dicen. Y normalmente juntan un dispositivo más algunas capacidades de email más internet. Es lo que dicen, aunque realmente se trata más bien del bebé de internet. Y todos tienen esos pequeños teclados de plástico. El problema es que ni son tan inteligentes ni son tan fáciles de utilizar», afirmaba en tono jocoso Steve Jobs el día de la presentación del iPhone.
«Lo que nosotros queremos es hacer un “smartphone” diferente. Que sea el dispositivo móvil más inteligente que haya existido y que sea súper fácil de utilizar. Eso es lo que es el iPhone», completaba el gurú tecnológico ante el público asistente al acto pocos segundos antes de mostrar el diseño final del móvil. A diferencia de lo que se estaba haciendo normalmente en aquel momento, el primer «smartphone» de Apple eliminó el teclado y convirtió la pantalla en la protagonista absoluta del dispositivo. Una tendencia que se mantiene vigente, como demuestra el progresivo aumento en las diagonales en los móviles y la desaparición de los marcos. Un diseño que, con más o menos descaro, ha sido calcado por la competencia.
Más rápido y con App Store
El iPhone se convirtió en un completo éxito desde su nacimiento. Jobs dejó a los usuarios con el caramelo en la boca durante seis meses. La distancia de tiempo entre la presentación y el lanzamiento se debió a problemas en el desarrollo de un dispositivo que, en enero, todavía se encontraba prácticamente en pañales. En Cupertino tuvieron que trabajar sin descanso para que el producto estuviese a la altura de las expectativas el 29 de junio. El día en el que miles de personas hicieron colas interminables en Estados Unidos para poder adquirirlo.
Según los datos de Apple, el plan terminó saliendo a pedir de boca. La revolución telefónica encabezada por el primer iPhone se saldó con unas ventas de 6,1 millones de dispositivos durante sus primeros quince meses de vida. Una cifra que fue superada poco despúes por su sucesor, el iPhone 3G, que se carecterizó, entre otras cosas, por contar con una mejor conectividad a internet y por ser el primer terminal de la firma de la manzana en comercializarse en España. Sin embargo, no cabe duda de que la novedad más importante fue la introducción de la App Store.
La tienda de aplicaciones de Apple no solo permitía a los desarrolladores comercializar sus propias aplicaciones, también supuso un paso crucial para que los móviles se convirtiesen en los «smartphones» que tenemos ahora. En dispositivos en los que se puede llamar, mandar WhatsApps, leer las noticias, consultar Instagram o jugar a Fortnite. La firma de la manzana consiguió meter 6,9 millones de «smartphones» de este modelo en los bolsillos de los usuarios de todo el mundo.
En 2009, Cupertino siguió trabajando en desarrollar la tecnología de sus «smartphones». El resultado fue el iPhone 3GS, que vino acompañado de novedades como una cámara que ofrecía una resolución de 3 megapíxeles o la inclusión, por primera vez en la historia de la tecnológica, de la letra S para diferenciar un modelo del anterior. Según se afirmó durante la presentación del móvil, la S significa «Speed» (rápido, en inglés).
El tiempo de Cook
El primer gran cambio en el diseño del dispositivo llegó en 2010 con la presentación del iPhone 4. Para este modelo, Apple apostó por una apariencia más esbelta aplanando la parte trasera y dotando al terminal de unas curvas más afiladas en los bordes. La cámara mejoró notablemente alcanzando los 5 megapíxeles con grabación HD e incorporando un flash y una cámara en su frontal para sacar «selfies». En su interior, la empresa metió un procesador A4 con una velocidad de 1 Ghz apoyado por una memoria RAM de 512 MB. El dispositivo también ganó mucho en resolución y añadió nuevas «apps», como iBooks, GameCenter o iMovie.
Al año siguiente, la tecnológica de Cupertino lanzó una revisión del dispositivo y volvió a emplear la letra S para diferenciarlo de su antecesor. El iPhone 4S, como se nombró al terminal, fue presentado el 4 de octubre de 2011, un día antes de conocerse la muerte de Steve Jobs. En sustitución del gurú, la responsabilidad de mostrar las bondades del «smartphone» fue para un Tim Cook que llevaba ocupando el puesto de consejero delegado de Apple desde agosto de ese mismo año, cuando Jobs -por motivos de salud- tuvo que dar un paso atrás.
Sea como fuere, el nuevo «jefe» de la firma de la manzana, más sobrio y cerebral y menos carismático que su antecesor, dejó una sensación agridulce entre los amantes de la tecnológica durante el evento. El nuevo dispositivo, que no fue el iPhone 5, como algunos esperaban, incluía novedades entre las que destacaba la inclusión del asistente Siri. El dispositivo también contaba con una potente cámara de 8 megapíxeles capaz de grabar vídeos en calidad FullHD y de realizar videollamadas mediante el uso de 3G.
Cada vez más inteligentes (y con más modelos)
La tendencia de revisar un iPhone y sacar varios modelos a partir del mismo terminal siguió madurándose con el iPhone 5, que llegó a las tiendas, finalmente, en septiembre 2012. La pantalla del dispositivo alcanzó las 4 pulgadas de diagonal, lo que la convirtió en la más grande en la historia de la tecnológica hasta entonces. El «smartphone» añadió, a su vez, el Passbook -un administrador de tarjetas, cupones y entradas a eventos-, y un sistema de mapas propio que generó algunos problemas por su rivalidad con Google. Siri, que había debutado en el terminal anterior, también evolucionó y comenzó a comunicarse con el usuario en otros idiomas además del inglés, entre ellos el español. Entre sus novedades también destacó el empleo de materiales como el aluminio y el cristal. Gracias a su empleo, el dispositivo resultaba más ligero y esbelto que el iPhone 4S.
En 2013, Apple optó por lanzar por primera vez dos modelos de iPhone diferentes al mercado al mismo tiempo. Uno de ellos, el 5C, estaba pensado para ser la alternativa asequible para aquellos usuarios que no estuviesen dispuestos a gastar más de la cuenta en un terminal. El 5S, como su nombre indica, fue el más ambicioso. El dispositivo contaba como principal novedad con el sensor biométrico Touch iD, que mejoraba la seguridad del terminal permitiendo al usuario emplear su huella dactilar para desbloquearlo. También incorporó un procesador de 64 bits, como los ordenadores de sobremesa. Fue la primera vez que un móvil contenía un chip de este tipo.
Con la llegada del iPhone 6, justo un año después, Apple volvió a apostar por sacar varios modelos diferenciados por sus capacidades. Una tendencia que, hasta la fecha, no se ha abandonado. En este caso, las diferencias entre el 6 a secas y el 6 Plus resultaron especialmente acusadas en la apariencia. Sobre todo en el tamaño de la pantalla, que en el primero fue de 4.7 pulgadas y en el segundo alcanzó las 5.5. La familia también recibió una nueva funcionalidad que cada vez está más extendida, la de realizar pagos con el «smartphone» como si fuese una tarjeta de crédito gracias al uso del Touch iD.
En 2015, Apple lanzó al mercado los iPhone 6 S y iPhone 6S Plus. Dos modelos muy continuistas que contaban con escasas novedades a nivel funcional -que no en rendimiento-. Posibemente, la más destacada fue la inclusión del 3D Touch, una tecnología que permite a los dispositivos responder de forma diferente en función de la presión que se ejerza con el dedo sobre la pantalla. Por ejemplo, al mantener pulsado sobre un enlace web, el dispositivo abre una ventana nueva en el navegador Safari. Si se hace lo mismo sobre una hora en un mensaje, el terminal activa el calendario.
Buen hardware, menos sorpresas
Al año siguiente, Apple lanzó dos bólidos de carreras: el iPhone 7 y el 7 Plus, que contaron con una cámara envidiable y, además, resistente al agua. Sin embargo, comenzaba a quedar patente que los tiempos de innovación de la época de Steve Jobs habían quedado atrás. Que la firma de la manzana seguía sacando dispositivos más que competentes, pero en los que, cada vez, había menos espacio para la sorpresa.
Los «smartphones» contaron con un diseño que recordaba mucho al propio de modelos anteriores, pero con una mayor sofisticación. Incorporaron un nuevo sistema háptico que mejoró la experiencia táctil y de escritura. En sus tripas, la firma de la manzana colocó un procesador A10 Fusion de cuatro núcleos un 40% más rápido que el A9 de los 6S. En cuanto a la cámara, la trasera del terminal contó con un sensor de 12 megapíxeles, mientras que la del frontal tiene una resolución de 7. Dejando a un lado la fotografía, otra novedad importante fue la inclusión de dos altavoces estéreos, y la desaparición del «minijack» para los auriculares en favor del conector Lightning.
Ya en 2017, Apple sorprendió a los usuarios realizando un nuevo cambio en su política de lanzamientos. En lugar de presentar dos terminales durante ese año, decidieron subir las apuestas y sacar tres: el iPhone 8, el 8 Plus y el iPhone X. En este último, la firma de Cupertino optó por «cargarse» el botón de la parte inferior del frontal y por reducir el notch a la mínima expresión. Destacó, además, la llegada del Face iD, un sistema de reconocimiento facial que permite desbloquear el dispositivo empleando, directamente, la cara del usuario.
La letra X permaneció inalterable al año siguiente, cuando los de Cupertino volvieron a apostar por lanzar al mercado tres dispositivos. Los iPhone XS, XS Max y XR apenas se diferencian en diseño de sus predecesores directos. Tanto el iPhone XS como el iPhone X comparten las mismas dimensiones de 5,8 pulgadas, así como una cámara muy parecida. Posiblemente la gran mejora reside en su software. Y es que estos nuevos modelos contaron con añadidos interesantes, como el «HDR inteligente», que permite la reproducción de contenidos audiovisuales con una mayor calidad de imagen gracias a su ampliada escala cromática.
Lo que tenemos (y lo que llega)
El año pasado, con el 5G cada vez más presente, Apple optó por dejar para más adelante el desarrollo de un «smartphone» compatible con la nueva red. Algo que ya era un secreto a voces antes de que Tim Cook mostrase al mundo el iPhone 11. El terminal llegó a las tiendas en tres modelos diferentes: el iPhone 11 a secas, el iPhone 11 Pro y el iPhone 11 Pro Max. «Smartphones» que encuentran en el chip A13 Bionic y en las cámaras -hasta tres en la trasera de las versiones Pro y Pro Max- sus principales reclamos. A pesar de que no son compatibles con la nueva red, y de que sus sustitutos llevan tocando la puerta con fuerza desde hace meses, siguen (y seguirán) siendo tres terminales más que competentes gracias a su gran rendimiento.
A pesar de que no contamos con información oficial, todo indica a que Apple aprovechará este otoño pandémico para abrazar con fuerza el 5G. También lanzará, sobre el papel, cuatro modelos diferentes de iPhone 12: el regular, el iPhone 12 Max, el iPhone 12 Pro y el iPhone 12 Pro Max. Respecto a los precios, se espera que se encuentren entre los 649 dólares y los 1.399 según las filtraciones. Lo normal es que el en España sean más caros. Sea como fuere, lo sabremos el 13 de octubre a las 19.00 horas. Cuando Apple comience su Keynote.