Casas de la Ciudad Vieja de Saná, declaradas Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, en Yemen, están derrumbándose debido a las fuertes lluvias, después de meses de inundaciones y tormentas que han azotado al país mientras todavía se recupera de la guerra, la escasez de alimentos y las enfermedades.
Sur Florida – Reuters
Las distintivas casas de adobe de color marrón y blanco de los barrios históricos de Saná, que datan de antes del siglo XI, llevan mucho tiempo amenazadas por el conflicto y el abandono.
La casa de Muhammad Ali al-Talhi colapsó parcialmente el viernes cuando las fuertes lluvias azotaron Saná, dejando a las seis mujeres y seis niños de su familia sin hogar.
“Todo lo que teníamos está enterrado”, dijo rodeado de escombros y barro antiguo, al pedir ayuda para encontrar refugio.
Aqeel Saleh Nassar, subdirector de la Autoridad de Preservación de Ciudades Históricas, dijo que los ciudadanos de hoy no mantienen estos edificios como en el pasado, lo que genera grietas y debilidad en las estructuras.
Alrededor de 5.000 de los imponentes edificios de la ciudad vieja tienen techos con goteras y 107 tienen techos parcialmente derrumbados, agregó. La autoridad ha estado trabajando con la UNESCO y otros fondos para preservar algunos de ellos.
Las lluvias excepcionalmente fuertes de este año, que comenzaron a mediados de abril y se extienden hasta principios de septiembre, se sumaron a lo que Naciones Unidas describe como la peor crisis humanitaria del mundo.
Cinco años de guerras mataron a más de 100.000 personas y dejaron al 80% de la población dependiendo de ayuda y a millones al borde de la hambruna.
Además del nuevo coronavirus, que se cree que se ha extendido en gran parte sin ser detectado, las fuertes lluvias propagan enfermedades como el cólera, el dengue y la malaria.