Bill Duffy, el agente de Luka Doncic entre otros, acaba de terminar una deuda contraída en 2003 con Anthony Carter, uno de sus representados, al que hizo perder tres millones de dólares por un lamentable olvido. El base, por entonces en los Heat, tuvo que abandonar el equipo ya que Duffy no se acordó de decirle a la franquicia que quería ejercer su opción de renovación por 4,1 millones de dólares antes del límite establecido por la Liga.
Sur Florida/Marca
Ese lapsus hizo que Carter se convirtiera en agente libre y la mejor oferta que le llegó fue de los Spurs, que le dieron sólo 750.000 dólares por un año de contrato. Por un olvido de su representante, el base dejaba de ganar algo más de tres millones de dólares. Pero Duffy, en lugar de escurrir el bulto se responsabilizó del error y se comprometió a darle ese mismo dinero a plazos. Ha terminado de pagarlo 17 años después.
“No estaba ni enfadado, para serte sincero. No estaba preocupado hasta que me llamaron los abogados, pero no saqué conclusiones precipitadas. No pregunté: ‘¿Qué ha pasado?’. Sabía que tipo de persona era Bill. Y a veces pasan cosas”, cuenta Carter en un reportaje del New York Times. El ahora técnico de desarrollo de jugadores de los Heat no se planteó cambiar de representante, que le hizo una promesa que ha cumplido.
Y a Duffy, lejos de perjudicarle, le creó un aura de agente honrado. “Cuando todo pasó, me llamó mucha gente porque fui responsable. Tomé la responsabilidad por mi error y lo solucioné. Hasta me llamaron de Wall Street para decirme que esto pasa todo el rato y que todo el mundo intenta esconderse o pasar el marrón a otro. Me gané el respeto de mucha gente”, cuenta el agente, que también lleva a Goran Dragic y Rajon Rondo.
Con los 4,1 millones de dólares que Carter ‘perdonó’, los Heat ficharon a Lamar Odom, que llegaba de los Clippers. Al año siguiente, Pat Riley, al mando de las operaciones de la franquicia de Miami, cambió a Odom por un ya veterano Shaquille O’Neal, que junto a Dwyane Wade comando al equipo al anillo de la NBA en 2006. “Yo debería tener uno de esos anillos”, bromea Carter.