22 de noviembre de 2024 8:20 AM

Francia fustiga última propuesta migratoria de Gran Bretaña

Francia reaccionó el viernes con rabia y consternación a las últimas propuestas británicas para hacer frente al mortífero flujo de inmigrantes entre sus costas, intensificando una batalla de voluntades entre los dos países sobre las peligrosas travesías del Canal de la Mancha, que esta semana causaron 27 muertos en un naufragio.

Sur Florida / apnews

El presidente Emmanuel Macron increpó a la oficina del primer ministro Boris Johnson por hacer pública una carta que el mandatario británico envió al mandatario francés el jueves. En particular, Johnson propuso que Francia acepte de vuelta a los migrantes que cruzan ilegalmente el Canal de la Mancha, una idea que Francia descartó rápida y tajantemente.

“Me sorprenden los métodos cuando no son serios”, dijo Macron en una visita a Italia. ” Uno no se comunica de un líder a otro sobre estos asuntos a través de tuits y cartas que se hacen públicas. No somos denunciantes”.

” Por favor, por favor”, añadió Macron.

La carta y la respuesta de Francia fueron el último cruce de espadas en lo que se ha convertido en una relación cada vez más conflictiva entre los antiguos socios europeos que luchan por reconstruir una relación de trabajo tras la salida de Gran Bretaña de la UE. No solo han estado discutiendo sobre la migración, sino también sobre sus acuerdos posteriores al Brexit, incluida la regulación de la pesca en aguas donde trabajan barcos británicos y franceses.

El clima de tensión se sumó a los bloqueos que los pesqueros franceses planeaban el viernes en los puertos de su país y el tráfico bajo el Canal de la Mancha para interrumpir el flujo de mercancías a Reino Unido y aumentar la presión sobre Gran Bretaña para obtener más licencias de pesca post Brexit.

La misiva, que se publicó en redes sociales, tuvo repercusiones inmediatas y concretas: el vocero del gobierno francés, Gabriel Attal, dijo que la secretaria británica del Interior, Priti Patel, ya no sería bienvenida en la reunión comunitaria del domingo que tratará el problema de las redes que trafican migrantes.

“Estamos cansados de este doble lenguaje”, afirmó Attal.

Attal rechazó la idea de que Francia acepte de vuelta a los migrantes que crucen de forma ilegal a la costa británica, señalando que “claramente, no es lo que necesitamos para resolver este problema”.

Attal dijo que la carta divulgada por el gobierno británico “no se corresponde en absoluto” con las conversaciones que Johnson y Macron mantuvieron el miércoles tras la tragedia.

Johnson propuso además que agentes fronterizos británicos comiencen a patrullar en las playas del norte de Francia a principios de la próxima semana, algo a lo que París se resiste desde hace tiempo. El líder británico recomendó también patrullas marítimas conjuntas o recíprocas en aguas territoriales del otro y vigilancia aérea con vuelos tripulados y drones.

El secretario británico del Transporte, Grant Shapps, dijo que Johnson hizo las propuestas “de buena fe” e instó a París a reconsiderar su decisión de retirar la invitar a Patel a la reunión de ministros del domingo.

“No creo que haya nada incendiario en pedir una cooperación estrecha con nuestros vecinos más próximos”, manifestó en declaraciones a la radio de la BBC. “La propuesta se hizo de buena fe. Puedo asegurárselo a nuestros amigos franceses, y espero que reconsideren reunirse para discutirlo”.

La respuesta francesa marca un importante deterioro en las relaciones entre los dos países, que desde hace semanas son cada vez más tensas por la crisis migratoria.

Funcionarios británicos han criticado a Francia por rechazar su oferta de que policías y agentes fronterizos realicen patrullas conjuntas en la costa del Canal con la policía gala. Las autoridades francesas dicen que Londres está avivando la crisis porque es demasiado fácil para los migrantes quedarse y trabajar allí una vez logran cruzar.

En lo que va de año, más de 23.000 personas han llegado a territorio británico en pequeñas embarcaciones, frente a las 8.500 del año pasado y a las apenas 300 de 2018, según los datos recopilados por el Parlamento británico.

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